Al menos 45 muertos en la ola de violencia tras el encarcelamiento de Zuma en Sudáfrica


Las fuerzas de seguridad intentan contener la inédita ola de violencia en la Sudáfrica democrática que ya ha causado desde el martes la muerte de al menos 45 personas y la detención de otras 757, han informado las autoridades este martes. Los disturbios, que han sido calificados por el presidente Cyril Ramaphosa como “los peores de nuestra historia”, han obligado al despliegue del Ejército con la movilización de 2.500 soldados y comenzaron el pasado viernes a raíz del encarcelamiento del expresidente Jacob Zuma por desacato judicial. Zuma se ha declarado inocente de todos los cargos de corrupción que pesan contra él y ha asegurado que tienen una motivación política.

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Los graves incidentes se concentran en la oriental provincia de KwaZulu- Natal (de donde es originario Zuma y su mayor bastión de apoyo político) y en la populosa Gauteng (región donde están Pretoria y Johannesburgo). El jefe de Gobierno provincial, Sihle Zikalala, ha confirmado este martes en una rueda de prensa un balance total de 26 muertos solo en esa región, con una larga tradición de violencia y en la que se está investigando quién está detrás de los ataques, pero los disturbios y saqueos continúan, especialmente en los alrededores de las ciudades de Durban y Pietermaritzburg. Muchos analistas creen que aunque la espita del malestar haya sido la orden de prisión contra Zuma, los altos niveles de desempleo y la crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus han espoleado las protestas.

Una situación similar se vive en Gauteng, donde el líder del Ejecutivo regional , David Makhura, confirmó 19 fallecimientos, 10 de ellos concentrados en una mortífera estampida en centro comercial en el distrito de los antiguos guetos negros de Soweto (al suroeste de Johannesburgo). “Los saqueos continúan, no puedo decir que (la situación) esté bajo control”, lamentó Makhura en declaraciones a los medios desde Soweto.

Unas horas antes, el ministro de Seguridad sudafricano, Bheki Cele, había confirmado en rueda de prensa el arresto de 757 personas en todo el país. “ Ningún descontento o circunstancias personales de nuestro pueblo dan el derecho a nadie a saquear, vandalizar y hacer lo que quieran e incumplir la ley”, ha afirmado y ha alertado de que en algunas zonas podrían empezar a faltar productos básicos.

Cele, que en los últimos días ha sido objeto de duras críticas por la incapacidad de las fuerzas de seguridad de prever y manejar la ola de vandalismo, advirtió también de que los afectados por los incidentes -tanto en el plano personal como en el material- no deben tomarse la justicia por su mano. También ha asegurado que se investiga a 12 personas por supuesta incitación a la violencia. Dentro del gobernante Congreso Nacional Africano (CNA) hay preocupación porque la propagación de noticias falsas haya contribuido a disparar las revueltas y, según recoge la cadena británica BBC, está investigando supuestos tuits de la hija de Zuma, Duduzile Zuma-Sambudla, en los que habría llamado a la población a “quemarlo todo”.

Los incidentes violentos empezaron el pasado viernes en KwaZulu- Natal, donde Zuma, de 79 años, permanece recluido en la prisión de Estcourt. El exmandatario, el primer jefe de Estado en ser encarcelado desde el fin del apartheid en 1994, fue condenado el pasado 29 de junio a15 meses de cárcel por desacato judicial, al negarse repetidamente a declarar por supuestos actos de corrupción durante los nueve años de su mandato (2009-2018). Aunque se entregó pacíficamente a las autoridades a última hora del pasado miércoles, esto no detuvo las primeras protestas que empezaron con cortes de carreteras.

En los siguientes días, sin embargo, no sólo se extendieron por toda esa provincia, sino que se replicaron en otras zonas, especialmente en el área de Johannesburgo, degenerando en una oleada de criminalidad generalizada. Los disturbios se producen, además, en el peor momento de una agresiva tercera ola de covid-19 en el país, el más golpeado por la pandemia de toda África (con unos 2,2 millones de contagios y unas 64.000 muertes). El lunes, Ramaphosa advirtió de que la caótica situación impactará en la seguridad alimentaria y sanitaria, además de suponer un severo revés para la recuperación económica en general.


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