Los Dallas Mavericks, con mucho dolor, volvieron a comprobar contra los Chicago Bulls, que les revelaron con un muy ilustrativo 144-115 las dos verdades que a veces niega pero que no tiene otra que asumir: Luka Doncic, baja por lesión por una distensión del cuádriceps derecho, está agotado y, peor aún, los Mavs no se las saben apañar sin él. El esloveno, sin el que el equipo de Jason Kidd tuvo un cierto equilibrio el año pasado -8 victorias y 9 derrotas en su ausencia-, sólo se ha perdido dos partidos esta temporada pero en ambos casos Dallas ha sufrido derrotas de la que duelen, con un 92-101 en casa ante los Houston Rockets y el encuentro de anoche.
“Es imposible que Doncic mantenga a esta nivel 82 partidos, le pedimos mucho”
“No hay manera de que Luka juegue a este nivel durante 82 partidos, sólo el uso de balón es muy alto y las cosas que le pedimos en ataque y en defensa son muchas”, reconocía esta semana el entrenador de Dallas, Jason Kidd. “Tuvimos tres de nuestros mejores jugadores fuera esta noche (además de Doncic, Maxi Kleber y Josh Green), pero eso significa que otros tienen la oportunidad. Pero si concedes 82 puntos en la primera parte (82-53) va a ser difícil ganar a cualquiera”, decía tras el encuentro el entrenador de Dallas, Jason Kidd, que confirmó que el esloveno, para alivio de los Mavericks, podría estar ya para el partido este lunes ante Oklahoma.
En efecto, el mayor problema de los Mavericks, más que en el aro contrario, se halló en el propio como delatan los 144 puntos de los Bulls, 28 de ellos de un fabuloso DeMar DeRozan, con un 9/13 en tiros, además de 9 rebotes y 9 asistencias. Pero los de Texas se encontraron sobre todo con el problema de los triples, lanzando hasta 44 para anotar sólo 11 (25%). Y, a peores tiros, más oportunidades concedidas al rival en transición cuando además eres peor en el rebote -44 capturas de Chicago por 37 de Dallas-. Los Bulls disfrutaron de un 63% en lanzamientos y de hasta un 55% en triples (19/34) ante el 45% de los Mavs en tiros de campos y su 25% desde el perímetro.
Kemba Walker, la pretendida solución a la ausencia de Doncic y a la pérdida no reemplazada del segundo de a bordo favorito del esloveno el año pasado, Jalen Brunson, debutó. Y para consuelo de los Mavericks, no lo hizo nada mal teniendo en cuenta que no jugaba desde febrero: 8 puntos (2/5 en TC), 8 asistencias con una sola pérdida y 4 rebotes en 19 minutos desde el banquillo. Pese a que el General Manager de los Mavericks, Nico Harrison, no confíe del todo en él.
“No creo que haya expectativas, la verdad. Primero, espero que su cuerpo aguante, si lo hace, es un tipo veterano y agregar esa presencia veterana para cuando la necesitemos será útil”, dijo Harrison tras firmar al ex All-Star toda vez que Facundo Campazzo, cortado hace dos semanas, no cuajó, mientras hay interés de la franquicia de Texas en otra ‘vieja’ gloria como Derrick Rose, ahora en los Knicks, según ha dicho el analista de FOX Sports, Ric Bucher. Un galimatías.
Spencer Dinwiddie fue esta vez el máximo anotador sin Doncic con 27 puntos -9/15 en lanzamientos y 3/6 en triples-, seguido de un buen Christian Wood -21 tantos con 8/15 en TC y 9 rebotes-, en una madrugada bien completa en lo ofensivo para los pívots de Dallas -18 puntos también para McGee-, pero no tanto en lo defensivo. El ‘rookie’ Jaden Hardy registró 15 puntos. En los Bulls, DeRozan se vio apoyado por Nikola Vucevic con 20 puntos y 8 rebotes en un buen partido también de Zach LaVine (16) y Patrick Williams (16) y en el que hasta tres hombres de banquillo sumaron dobles dígitos: Ayo Dosunmu (17), Derrick Jones Jr. (16) y el paisano de Luka Doncic, Goran Dragic (14). Demostración de equipo, lo que está a años luz de ser Dallas sin y hasta con Doncic.