Está de dulce. Tocado por una varita mágica. Por fin disfruta al volante y eso se nota. Sonríe y su enorme calidad, aquella que siempre brilló en las categorías inferiores, vuelve a deslumbrar. Lo hizo hace dos semanas en su estreno en las 24 Horas de Le Mans, con el triunfo en la categoría LMP2 con un equipo modesto como el Inter Europol, exhibiendo un ritmo frenético ante pilotos de la talla de Robert Kubica, que no pudieron alcanzarle. Y ahora, Albert Costa vuelve a brillar en otro certamen distinto: el DTM.
El piloto de Les Corts pasó de lo más alto del podio de Le Mans a estrenarse en la prestigiosa serie de turismos alemana del DTM al volante de un Ferrari 298 GT3 de Emil Frey. Emil Frey Racing fue el equipo que confió en Albert después de los cuatro años que se pasó sin volante, el que le abrió las puertas de los turismos y ya es una segunda familia para el catalán. Y esta vez, esta estructura fue la que le dio la gran oportunidad de estrenarse en el DTM para ocupar el lugar de Jack Eitken, quien está en la Fórmula E.
En los primeros entrenamientos libres, el catalán terminó a 9 décimas del mejor, algo que en una categoría tan apretada le hizo estar en la 18ª posición. El conjunto quiso probar una serie de reglajes que no funcionaron y eso le perjudicó. Pero en clasificación, Albert brilló con luz propia y sorprendió a todos con una magnífica 5ª posición que le daba una gran oportunidad de mirar al podio en su primera carrera en el DTM, en la manga de este sábado, consciente además de que el domingo tendría otra oportunidad de seguir exhibiéndose con otra ‘qualy’ y la carrera 2 dominical.