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Albert Sangrà: “La mayor angustia de alumnos, familias y docentes es que desconocíamos lo que se nos venía encima”



Los expertos lo tienen claro: ni la educación ni el trabajo del futuro volverán a ser como antes de la pandemia. Las semanas de confinamiento forzoso han trasladado la educación de las aulas a las pantallas y han hecho que el teletrabajo en España haya pasado del 5 al 34 % de los trabajadores; pero también ha supuesto una oportunidad y más tiempo para formarse profesionalmente desde casa. Una circunstancia que el buscador de estudios Emagister, junto con otros nueve centros educativos de toda España, han querido aprovechar para ofrecer un millón de euros en becas para másteres y cursos de especialización online de los sectores más demandados en la actualidad, desde Administración de Empresas, Recursos Humanos, Educación y Prevención de Riesgos Laborales hasta áreas como el marketing, la salud o los negocios.
Entre las formaciones ofrecidas por la Universidad Isabel I, la Escuela de Postgrado de Medicina y Sanidad y ESSAE se encuentran programas como el Máster Internacional en Nutrición y Dietética, un Grado en Ingeniería Informática o el de Técnico en Gestión Administrativa y Contabilidad. Las escuelas de negocios ISEB, IEBS, Educa, Constanza, Citius y Select, por su parte, ofertan programas como el Máster en Marketing y Digital Business o el máster doble en Dirección de Marketing Digital y en Digital Business y Comercio Electrónico. La iniciativa estará disponible hasta alcanzar el millón de euros en becas, y se puede solicitar información a través de la web o del teléfono gratuito 900 49 48 39.

Buena percepción de la educación ‘online’
La labor que, a lo largo de los últimos años, han venido realizando instituciones educativas como la UOC, UNIR o UNED, unida a facilidades específicas de la formación online como la personalización de la enseñanza, la flexibilidad de horarios o la facilidad de acceso, han contribuido sin duda a que la formación a distancia goce hoy de una buena reputación entre la población. “Las universidades son las que mejor estaban trabajando este aspecto, y los grados de finalización de sus programas son muy altos”, afirma Ferrán Ferrer, CEO de Emagister. “Lo que ha sucedido en estos dos últimos meses es que ha habido mucha gente con mucho más tiempo en casa, por lo que han podido dedicar a sus clases hasta seis o siete horas diarias, en vez de tres o cuatro, y muchos de ellos han podido terminar durante el confinamiento programas de tres o cuatro meses”.
Sin embargo, la posibilidad de marcarte tu propia agenda y ritmo de estudio es a la vez una ventaja y un desafío, ya que la responsabilidad de mantener la motivación recae en el propio alumno, por encima de las posibles herramientas que tengan los centros educativos para el seguimiento, apoyo y motivación de los estudiantes. “Lo que sí se ha visto estos meses es que hemos podido dedicarle más tiempo a formarnos o a desarrollar esos conocimientos autodidactas que más nos gustan, ya sea la cocina, el dibujo o la escritura. La eclosión de los webinars también ha sido espectacular, y todo eso ha ayudado a desmitificar un poco los miedos que había respecto a la educación online, y de la automotivación y rigurosidad que tenías que tener para formarte a distancia”, sostiene Ferrer.

Las formaciones con mayores descuentos

Las semanas de confinamiento forzoso a consecuencia de la Covid-19 también han influido en el tipo de formación que buscaban los usuarios en Internet: si en un principio la demanda se centró en cursos cortos y gratuitos, a medida que fue pasando el tiempo las búsquedas se acercaron más a los másteres y otros programas de mayor duración. “En la segunda parte del confinamiento, cuando muchas provincias empezaron a estar ya en fase 1, vimos que los programas de salud empezaban a repuntar, impulsados probablemente por el reconocimiento, el agradecimiento y el interés de los ciudadanos por entrar en un sector mucho más valorado por la sociedad”, afirma Ferrer. Un interés centrado en áreas como la enfermería, el transporte sanitario y todo lo que son primeros auxilios y cuidados paliativos, “donde seguramente la gente ve más salidas profesionales a corto y medio plazo”.
Los retos para el futuro
El uso masivo de las nuevas tecnologías provocado por la pandemia impone también una nueva forma de trabajar que, según los expertos, condicionará el panorama de la educación y del mercado laboral: “No se trata solo de utilizar la tecnología para trasladar el mundo físico al virtual; yo creo que hay que repensarlo para hacerlo bien. Y eso es tarea de todos en la sociedad”, afirma Emili Rubió, vicegerente de Operaciones de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Un cambio que, afirma, se ve en todos los ámbitos: desde como trabajamos en casa, a través de videoconferencias, hasta el campo de la educación, donde las nuevas condiciones hacen necesario pensar en materiales digitales creados expresamente para un entorno virtual o en diferentes enunciados para los exámenes.
¿Cómo serán las clases en la sociedad posterior al coronavirus? ¿Volveremos a la situación previa o los cambios que llegaron ayudarán a reformular la educación? “De cara al futuro, yo veo asignaturas blended, modelos híbridos más que enteramente presenciales. Veo la posibilidad de generar contenidos digitales para que el alumno vaya consumiendo, aunque esté en un programa presencial. Hemos dado un paso de gigante en ese sentido”, afirma José Manuel Mas, director del área universitaria de ESIC.
Una educación con mayor capacidad de cambio
El reto más importante de la educación, para Ferrer, no es nuevo ni tiene relación alguna con la Covid-19, sino que tiene que ver con la capacidad de adaptación de los programas educativos a las demandas de un mercado laboral “que está cambiando radicalmente, a una velocidad exponencial. Pero la educación, sobre todo la oficial, sigue teniendo unos ritmos de cambios o lanzamientos de programas muy lentos”. Después de esta crisis, afirma, el mercado laboral va a cambiar mucho más, por lo que sería conveniente que la educación lo hiciera al mismo ritmo. “Pero están desacompasados; van mucho más rápidas esas nuevas competencias que cómo se están incorporando a los programas de universidades y escuelas de negocios”.
Ferrer pone un ejemplo: “TensorFlow, un programa de inteligencia artificial y machine learning que desarrolló Google y liberalizó hace un año, está presente en unas 2.200 ofertas de trabajo en Estados Unidos, en 250 del Reino Unido y en 80 de España, y debemos tener en cuenta que, actualmente, hay un 40 % de las ofertas que había en enero [antes de la pandemia]. ¿Y cuántos cursos hay en estos momentos de ese software en Emagister? Tan solo cinco centros de formación que imparten 12 programas educativos”. Casi ninguna universidad, afirma, está impartiendo sobre nuevas tendencias digitales en programación o ingeniería.
“Piensa que la ANECA [Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación] solamente valida una vez al año las competencias de cualquier grado o máster, y necesita tener la información entre tres y cuatro meses antes (…). Deberíamos estar cambiando los programas formativos con mucha más rapidez”. Además, añade, el retraso es muy grande: cuando se declaró el Estado de Alarma, había 1.970 programas sin evaluar. “Esta rigidez de las universidades públicas y de las escuelas de negocios que trabajan con programas oficiales va a hacer que haya un mayor distanciamiento entre esas competencias reales que demandan las empresas y aquellas en las que están formando las instituciones educativas”.


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