“Hemos elegido la opción menos mala”. La plantilla de la fábrica que la multinacional Alcoa mantiene en Cervo (Lugo) ha respaldado ampliamente la propuesta de la empresa que supone la hibernación inmediata de las cubas hasta 2024 y garantiza los empleos. Un cese temporal de la actividad respaldado en votación secreta por el 69,68% de los trabajadores. No obstante, la decisión se ha adoptado con resignación y evidente malestar. La otra alternativa, el rechazo a la propuesta de Alcoa, podría suponer un nuevo Expediente de Regulación de Empleo (ERE); algo difícil de asumir tras dos años de lucha. “Los trabajadores buscaban una esperanza y confiemos en que se haya acertado con la decisión”, destaca el presidente del comité de empresa, José Antonio Zan.
“En todo este tiempo nadie ha puesto encima de la mesa una propuesta que diese viabilidad a la planta por lo que dentro de las dos opciones, la plantilla eligió la menos mala”, justifica Zan, convencido de que los trabajadores, a quienes sostiene que los distintos gobernantes “han dejado solos”, van a pasar ahora “los peores momentos de su vida laboral con las cubas apagadas y ese silencio que va a hacer más daño que cualquier otro paso que hayan dado”.
De los 1.063 trabajadores censados acudieron a votar 808 de los que el 69,68 % estuvo a favor de la propuesta de la empresa frente a 196 en contra (24,26 %), 40 en blanco (4,95 %) y 9 nulos (9,11 %). En las empresas contratistas, que también podían ejercer este derecho, la votación fue contraria pero su escasa participación no influye en el resultado. Alcoa garantiza para 2022 y 2023 la facturación para las auxiliares y contratos a tres anualidades (de 2022 a 2024) para las empresas externas directamente afectadas por el cese temporal.
La plantilla, que durante dos años no ha dejado de proclamar su lema “las cubas no se paran” y de manifestar su desconfianza hacia una empresa decidida a cerrar la fábrica, está convencida de que la oferta de la multinacional no es una buena medida aunque sí “la opción menos mala”. Alcoa les había planteado un ultimátum: parar las cubas dos años e invertir 103 millones de dólares (más de 90 millones de euros) para garantizar la “viabilidad futura” de la fábrica, incluido el reinicio de la actividad a partir de 2024, con el mantenimiento de los empleos. Lo firmarán este mismo miércoles con el compromiso de la desconvocatoria de la huelga.
El representante sindical sostiene que ni siquiera había necesidad de que el marco energético cubriese todas las necesidades de la planta; “con que hubiera cubierto una pequeña parte, por los menos las 200 cubas de las 512 que ofrecimos, se podría haber mantenido la actividad y no es lo mismo una bajada de producción que un cese de la actividad”, protesta. A partir de ahora, la plantilla permanecerá en la fábrica participando en talleres de formación. Y “a la espera de que lleguen esas inversiones que hemos firmado”, dice Zan.
Una “hecatombe”
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El sindicalista alerta de la “auténtica hecatombe” que supondrá que entre 2022 y 2024 “como mínimo” España no produzca aluminio primario. Y reclama a “los gobernantes” que expliquen “cómo en plena crisis de materias primas, España deja de producir un material tan necesario no solo para la transición ecológica, sino también para sectores elementales como el farmacéutico, la automoción o la alimentación”.
No obstante, la empresa considera que esta es la mejor opción en el momento actual en el que declara pérdidas de más de 20 millones de dólares (cerca de 18 millones de euros) al mes y con la previsión de que en enero estas puedan llegar a los 90 millones como consecuencia del elevadísimo precio de la electricidad.
“La propuesta de Alcoa protege el empleo de trabajadores y contratistas y las nuevas inversiones ayudarán a garantizar que la electrólisis esté lista para su reinicio completo tras un cese temporal de dos años”, ha señalado la empresa. No obstante, el comité entiende que pese a que los trabajadores han respaldado la propuesta “siguen amenazados los puestos de trabajo y la continuidad de la producción”.
La hibernación de las cubas se llevará a cabo de forma inmediata y graduada a partir de este sábado y se concluirá en tres semanas. Según el compromiso alcanzado se volverán a arrancar el 1 de enero de 2024, de forma que el 30 de junio de ese año estén en marcha al 100%. Alcoa espera contar entonces con un contrato de suministro de energía que haga viable la actividad.
La multinacional se compromete a efectuar un depósito bancario por importe de 103 millones de euros (la inversión comprometida más el coste del rearranque de las instalaciones) a disposición de Aluminio Español SL, cuya gestión será compartida con el comité de empresa, bajo la fiscalización de las Administraciones Públicas.
El grupo accede a la creación de una mesa de seguimiento del acuerdo y de las inversiones pactadas, formada por el comité de empresa —dos miembros por sindicato—, la Xunta de Galicia y el Gobierno de España, que se reunirá con frecuencia mensual los seis primeros meses y de manera trimestral pasado ese medio año. El portavoz del comité de empresa insta a la multinacional a que “cuanto antes” empiece a ejecutar las inversiones comprometidas y presente acuerdos de energía como el celebrado con Greenalia, ya que, sostiene, la compañía, está trabajando en “otros dos” y conocerlos “daría tranquilidad a la plantilla”.
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