Los San Antonio Spurs y LaMarcus Aldridge están de acuerdo en no seguir juntos lo que resta de temporada. Ambas partes ya están buscando salidas en forma de traspaso para que el veterano pívot de 35 años pueda aterrizar en una destinación preferente en la que pueda cumplir con sus expectativas.
Aldridge, todo un portento ofensivo en su punto álgido, lleva ya un tiempo lejos del nivel que le llevó a participar en siete All Star, pero su presencia interior y experiencia podría contribuir a mejorar a muchos equipos y aspirantes al anillo.
El gran escollo de la operación es el alto salario del pívot estadounidense, que cobra 24 millones esta temporada antes de que expire su contrato actual.
Aldrige promedia este curso 13,7 puntos y 4,5 rebotes en 25,9 minutos por partido, con porcentajes del 46,4% en tiros de campo y 35% desde la línea de tres. El jugador se perdió 8 de los últimos 11 partidos de San Antonio antes del parón del All Star por problemas en la cadera y una lesión muscular en el cuádriceps.
En su regreso, el interior se ha visto relegado al banquillo ante el auge de su sustituto natural Jakob Poetl, de 25 años.
“Ha sido un gran compañero, no hay ningún problema en este sentido”, comentó Gregg Popovich sobre la inminente salida del jugador. “Creemos que es un win-win para LaMarcus y para el equipo”.
El jugador vuelve a estar sano y listo para jugar, pero los Spurs ya han dado el paso de reservarle para no arriesgar la operación por culpa de una lesión. Hay varias conversaciones en marcha según confirmó la propia organización.
El límite de operaciones de traspaso de la temporada 2020-2021 en la NBA está fijado el próximo 25 de marzo.
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