Hoy se ha marchado el gran amor de Ana Obregón, su hijo, Álex Lequio, que ha fallecido este miércoles 13 de mayo, tras una larga lucha de dos años contra el cáncer. En tiempos más felices, cuando el joven todavía no estaba enfermo, la artista ya tenía claro que, a pesar de que ella pudiera tener pareja, el hombre de su vida era, es y será Álex.
Tras conocer el diagnóstico, en marzo de 2018, Obregón no se lo pensó dos veces, puso en pausa toda su vida y se volcó más que nunca en Álex, para que pudiera recibir la mejor atención posible. «La Ana Obregón artista ya no existe, ya solo queda la madre. La primera se fue y no creo que vaya a volver nunca más», decía a las páginas de ‘¡Hola!’ tras regresar al cabo de medio año de Estados Unidos, donde el empresario recibió tratamiento durante seis meses.
Unas declaraciones que marcaron sus vidas durante los dos años siguientes en los que Ana, como dijo, no volvió a trabajar y se volcó en cuerpo y alma en su pequeño. En el tiempo que pasó desde ese momento hasta este trágico desenlace, ninguno perdió la esperanza y, aunque al final no ha podido ser, la que fuera protagonista de ‘Ana y los 7’ seguro que se queda con las mejores lecciones de su hijo, que a sus 27 años demostró ser un hombre muy maduro, un luchador nato y todo un ejemplo a seguir.
A lo largo de su vida, Ana Obregón ha tenido varios amores que, sin duda, la han marcado, pero ninguno como el de su hijo, quien consiguió robarle el corazón y convertirse en el hombre de su vida mucho antes de verle la cara por primera vez, algo que sucedió el 23 de junio de 1992. Años después, la propia Ana confesó que su hijo era todo un milagro, ya que un médico llegó a asegurar que no podría quedarse embarazada y, como tal milagro, lo cuidó celosamente hasta el final.
Aunque no siempre estuvieron juntos, ya que Álex se marchó a Estados Unidos a estudiar, nunca se separaron. Tan normal era ver a la actriz en el país americano como al joven de vuelta en España disfrutando de sus vacaciones, sus amigos y, sobre todo, su familia. Si bien para Ana la graduación de su hijo en la Universidad de Duke fue todo un orgullo, «he vivido el momento más emocionante de mi vida después de haber sido madre», llegó a decir, se alegró cuando Álex volvió a España para emprender una nueva etapa de su vida, la de empresario.
Tan claras tenía las ideas, que sin haberse adentrado mucho en la veintena, Álex Lequio decidió lanzarse a la aventura y montar su propia empresa a la que le dedicó horas y esfuerzo hasta el final, pues cuando, ya enfermo, su salud se lo permitía, volvía a la oficina a trabajar en nuevos proyectos.
Unas ganas de vivir que se han convertido en su mejor legado, pues nunca perdió la sonrisa. Y, si bien su madre, Ana Obregón está pasando la peor etapa de su vida tras tener que decirle adiós, siempre le quedará esas lecciones que ella misma ha ido compartiendo en sus redes sociales. «El momento más feliz de mi vida es hoy, cumples 27 años y has vuelto a nacer», escribía en Instagram el pasado mes de junio. «Como a ti te gusta, Álex, sin dramatismos. Tu cumple el año pasado lo pasamos solos en un hospital en Nueva York, recuerdo que recorrí Madison Avenue buscando velas y tarta que no pudiste comer ante un futuro incierto. Este año lo has festejado lleno de neutrofilos, mucho pelo, amigos que te quieren y mandándome fuera de casa para hacer un fiestón! ??. Eres mi lección de vida. El guerrero sonriente, generoso ,mágico y solidario. Te quiero infinito ❤️».