Àlex Márquez comenzará a partir de la próxima semana un nuevo reto como piloto de MotoGP al dar el salto desde la escudería satélite de Honda, tras su paso por el equipo oficial Repsol Honda, hasta la italiana Gresini para pilotar una de sus Ducati Desmosedici.
“Es una nueva etapa y necesitaba un cambio. Había dos opciones, pero la que escogimos con el equipo Gresini era la que más me motivaba y creo que era una opción muy buena para mí para el futuro”, reconoce Àlex Márquez en una entrevista de su patrocinador personal Estrella Galicia 0’0.
“La conexión fue muy buena y quería una moto ganadora, ese era el objetivo número uno, una moto que se adaptara a muchos estilos de pilotaje, y sólo hay que ver las clasificaciones y las carreras, en donde se ve que casi todas sus motos -Ducati- son competitivas y están delante con pilotos de estilos muy diferentes”, explica el pequeño de los hermanos Márquez.
De la nueva moto destacó: “Antes de probarla es difícil saber cómo será su rendimiento, pero está claro que lo que se ve en pista es que se adapta a estilos de pilotaje muy diferentes; por lo que a partir de ahí, dependerá de mí”.
“Será cuestión de estar abierto, escuchar y aprender de todos, qué hacen bien Bagnaia, Zarco, Martín o Bastianini, y a partir de ahí, intentar aprender y ver cuáles son los puntos fuertes de la Ducati. Ver por qué Bagnaia es fuerte en frenada o por qué Bastianini es fuerte en el paso por curva”, enumera Márquez.
“Tendremos que saber adaptar el estilo a esa moto, porque al final creo que no es la moto la que se tiene que adaptar a ti, sino que es el piloto quien tiene que dar el paso de saber adaptarse y sacar el máximo provecho de la moto y eso sólo vendrá con horas y vueltas”, incide Àlex Márquez.
“Hemos visto que la Ducati tiene una gran aceleración y una gran velocidad máxima y eso es tiempo gratis porque sale fácil. Agarre trasero tiene bastante, al menos hablando desde fuera, porque cuesta mucho saberlo hasta que no lo pruebas, pero Bastianini tiene un gran paso de curva y Bagnaia una gran frenada, por lo que habrá que buscar una mezcla de ambos, que creo es el punto perfecto”, continúa explicando Àlex Márquez.
“Hay que verlo todo y probarlo. Es muy fácil hablar desde fuera, ya que siempre se ve muy verde el jardín del vecino y, hasta que no estás dentro, no ves qué problemas o qué puntos son más críticos en la moto, pero a partir de ahí, entenderla, sacar el jugo a lo que tengamos y trabajar; no queda otra”, insiste el todavía piloto de Honda, que no se quiere plantear objetivos pues destaca que habrá que “ver cómo empezamos, dónde estamos y marcar objetivos realistas”.