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“Allí tenemos hijos, hemos de volver aunque sea andando”


Los jugadores de la selección ucraniana de baloncesto jugaron este jueves en Córdoba algo más que un partido. Con el corazón encogido y el ánimo por los suelos tras el ataque de Rusia a su país, los ucranianos dieron una demostración de entereza para disputar el partido contra España correspondiente a la segunda ventana de clasificación para el Mundial de 2023. Ganó la selección de Scariolo por 88-74, pero lo de menos fue el partido y el resultado. El minuto de silencio resultó estremecedor en el pabellón Vista Alegre de Córdoba en recuerdo de las primeras víctimas de la invasión rusa a Ucrania. El equipo visitante se llevó la prolongada ovación de la afición local, unos 3.500 espectadores, al inicio y al final del encuentro. En la interpretación de los himnos algunos jugadores y miembros de la delegación ucraniana no pudieron contener la emoción y rompieron a llorar mientras los jugadores españoles les aplaudían. Algunos de los jugadores de Ucrania llevaban pintado en la cara el mensaje “No a la guerra”.

A su llegada al pabellón, los jugadores ucranianos fueron recibidos con aplausos y palabras de ánimo entre las decenas de aficionados españoles que aguardaban por ellos. Rostros compungidos y de emoción entre la delegación ucraniana, que pese a todo mantuvo la entereza para llegar al pabellón y jugar un partido de baloncesto en unas condiciones tan adversas. Eso sí, un miembro del equipo técnico ucraniano no pudo aguantar tanta emoción y, dirigiéndose a los aficionados, llamó “asesino” a Putin.

Por la mañana, el alero Oleksandr Lypovyy reconocía que sus compañeros no estaban con ánimos para jugar un partido de baloncesto. “Mi mamá, mi hermano y su familia se quedaron atrapados en Ucrania, en el corazón del ataque a 50 kilómetros de la frontera rusa, y se despertaron hoy a las cinco de la mañana por los sonidos de las armas. Ahora, tal como está la situación, no sabemos cómo se trasladarán a Europa”, comentaba. Y añadía: “No queremos entrar en pánico, sino ser fuertes como todo el país. Deseamos que todos tengan paz, enviamos oraciones a nuestro ejército porque ahora son los que nos protegen”.

La celebración del partido estuvo en el aire hasta bien entrado el día. “No es posible estar centrado en el juego un día como hoy. Los códigos dicen que en cuanto estés en la cancha te centrarás en el partido, pero hoy no podemos pensar en baloncesto. Lo mejor sería cancelar el partido, pero si no es posible intentaremos jugar y hacerlo bien”, abundaba Lypovyy. La mayoría de los jugadores de la selección ucraniana deben volver ahora a su país, aunque ya saben que allí las competiciones deportivas han quedado paralizadas. En las ventanas no están convocados los jugadores que disputan la Euroliga. La delegación ucraniana barajaba este jueves volver a su país a través de Polonia.

“No sabemos cómo vamos a volver a nuestro país, y ese es el gran problema ahora. Tenemos hijos allí y por eso debemos volver a nuestro país, aunque sea en autobús o andando”, comentaba el delegado de la selección, Anddrey Lebedev, a las puertas del hotel de Córdoba donde se han alojado desde el pasado lunes. Eso sí, suspendieron el entrenamiento de la mañana por el estado anímico que viven desde que conocieron la invasión rusa de su país.

El equipo recibió la solidaridad del combinado nacional español. “Entiendo que cuando te levantas por la mañana y ves lo que está pasando en tu país, lo último que te apetece es un entrenamiento”, dijo Jorge Garbajosa, presidente de la Federación Española de Baloncesto.

El que sí quedó aplazado, sine die, es el partido que el próximo domingo debían disputar los dos equipos en suelo ucraniano. Ante este escenario, la FIBA negoció tres salidas para este doble enfrentamiento entre Ucrania y España. La primera, disputar los dos partidos de la ventana en España.

La Federación Española veía con muy buenos ojos esta solución y ofreció a la federación ucraniana jugar el segundo duelo a puerta cerrada para no tener ventaja deportiva, o con público y entregarles la recaudación. La segunda opción era enfrentarse a la selección en territorio neutral, con una de las tres repúblicas bálticas (Estonio, Letonia o Lituania) como posible anfitrión. Y la tercera, y elegida por Ucrania, aplazar el encuentro a la siguiente ventana, a finales de junio y principios de julio.

Pustovyi: “Es una locura. No puedo creer que esto esté sucediendo en 2022″

“Ha sido partido muy difícil para nosotros y para toda Ucrania. Es muy difícil jugar en esta situación por lo que está pasando en nuestra casa. Hemos intentado hacerlo lo mejor posible, pero todos estábamos pensando en nuestras familias. Son días locos para nosotros. No he podido pensar en el partido en ningún momento. Mi mente estaba con los muertos y heridos, y con los que están allí, en Ucrania”, señaló Artem Pustovyi, que durante el partido lució la inscripción No war (No a la guerra) en la mejilla derecha. “Tengo que decir que Putin tiene que dejar de hacer esta mierda en nuestro país. No tiene que venir a nuestro país y puede ir a otros países, así que tenemos que estar todos unidos. Nunca parará. Es una locura. No puedo creer que esto esté sucediendo en 2022″, completó el pívot ucraniano del Gran Canaria.

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