“No es el lugar donde más nos hayan apoyado del mundo, pero sé de gente que nos quiere, por supuesto”. Agustín Almodóvar responde así, desde el tren que le lleva este domingo de Valencia a Madrid, acerca de la relación de los hermanos con la Academia de cine español. La noche anterior, Madres paralelas, de Pedro Almodóvar, no se había llevado ningún premio de sus ocho candidaturas. “Cuando empecé como productor, con La ley del deseo, vivimos un arranque durísimo, porque necesitábamos mucha ayuda y no teníamos patrimonio personal. Me recuerdo, cuando necesitábamos aquellas nominaciones como el agua, saliendo de la lectura con la sensación de fracaso y desamparo con cero candidaturas. Por suerte, la película dio la vuelta al mundo, y es de culto. La Academia no es el lugar donde más se haya defendido la figura de Pedro”.
Sobre su retuit de un artículo de un blog, titulado Retorno al pasado: los Goya 2022 premian a ‘El buen patrón’, el productor apunta que es solo eso, un retuit. “No es elegante entrar en ello hoy, porque parecería otra cosa”. Agustín Almodóvar insiste en que ve bien el sistema de votación de los Goya, pero que la Academia debería de reconsiderar cómo se elige la representante a los Oscar, el auténtico campo de batalla de esta temporada. “Es que creo que deberíamos cambiar el sistema”, apunta ante cómo se selecciona la película que va por España a los Oscar, que en esta edición es El buen patrón, en detrimento de Madres paralelas y Mediterráneo. “Para mí, el sistema debería ser más objetivo y transparente, y mi ejemplo es Francia, donde la segunda ronda de votaciones la realiza un comité que preside Thierry Frémaux, delegado general del festival de Cannes, y conformado por un grupo de gente notable de la industria con nombres y apellidos”.
Y subraya: “Hay que reflexionar qué película se envía, porque eso va más allá del prestigio de la Academia, si no que afecta a la imagen cultural de un país, de una industria, trasciende los intereses de una asociación gremial”.
Acerca de la primera criba, la de la terna, un modelo en cuya puesta en marcha participó él mismo a finales de los noventa, el productor cree que se ha desvirtuado su intención inicial. “Se pensó como elemento de publicidad en tiempos durísimos de promoción, porque todo lo que tiene que ver con la Academia funciona muy bien como llamada de atención. Hoy, ha convertido el medio en el fin, independientemente de que luego el resultado pueda ser el más óptimo para conseguir lo que queremos. No es ir contra nadie, llevo años con esta reflexión, y menos contra Fernando León”, explica. “Una señal de la ineficiencia de este sistema: este año en la terna no apareció Maixabel. ¿Cómo puede ser esto? Si analizas los últimos 20 años de elecciones, el sistema no ha servido para colocar bien una película, más allá de Pedro o Alejandro [Amenábar]”. Como dato, apunta: “Pedro ha sido nominado 14 veces a los Bafta, galardones de la academia de cine británica, que comparte muchos miembros con la Hollywood”.
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El presidente de la Academia, Mariano Barroso, prefirió no hacer declaraciones, y se reafirmó en lo dicho el viernes a EL PAÍS: “Habrá que debatirlo dentro de la Academia y Agustín sabe que son bienvenidos siempre a los órganos de decisión de la institución y en las asambleas, que es donde se debaten los procedimientos”.
Fernando León se remitió a unas declaraciones realizadas a Europa Press la semana pasada: “La Academia de cine es soberana; son los compañeros, los que se dedican a hacer películas y conocen la dificultad de hacerlas. Su criterio está fuera de toda discusión. Cualquier cuestionamiento que se haga de sus decisiones, venga de donde venga, no lo entiendo como un cuestionamiento a mi trabajo, sino a la Academia en su conjunto. Es algo que no comprendo, y que yo no haría”. Ahora añade: “Además, criticar los mecanismos de decisión de la Academia el fin de semana de los Goya me parece como mínimo inoportuno. Entiendo que se pueda tener interés en desviar la atención y reclamar protagonismo un día como este, pero que me disculpen: yo hoy solo puedo celebrar los seis goyas recibidos ayer por El buen patrón”.
Los números muestran todo tipo de visiones: Almodóvar era hasta ayer el director más galardonado (tres premios Goya, ahora empatado con él Fernando León, que además también tiene otro en dirección novel), el productor más premiado (cuatro) y el que ha logrado más candidaturas a mejor película (10). A cambio, ya sabe lo que es irse de una gala, como la de ayer, sin ningún premio: en 1991, ¡Átame! y ¡Ay, Carmela! llegaron a la gala con 15 nominaciones. Mientras que la película de Carlos Saura ganó 13, ¡Átame! se fue de vacío. Había un elemento añadido: el productor de la tragicomedia protagonizada por Andrés Pajares y Carmen Maura (ya entonces ex chica Almodóvar) era Andrés Vicente Gómez, con quien los hermanos Almodóvar habían acabado muy mal tras Matador (1986). Por eso, al preparar La ley del deseo montaron su propia productora, a la que bautizaron con parte del nombre de su proyecto: El Deseo.
En 1992 Amantes, de Vicente Aranda, ganó el Goya a Mejor película, pero la Academia envió Tacones lejanos —que recibió cuatro nominaciones, aunque ninguna de las principales— a los Oscar, en un año en que ganó el César a película extranjera. En la gala celebrada en 2000, en Barcelona, Todo sobre mi madre obtuvo siete de los 14 galardones por los que competía, incluido mejor película, guion y dirección. Aquel año también se llevó el Oscar, el Bafta, el César, el David de Donatello, el Globo de oro y el Premio del cine europeo.
‘Los lunes al sol’ frente a ‘Hable con ella’
Y llega 2003, cuando la Academia de cine envía a los Oscar Los lunes al sol, de Fernando León, en vez de Hable con ella. La ganadora de la Concha de Oro no pasa finalmente el corte, aunque Hable con ella obtiene dos candidaturas, a mejor dirección y guion, y finalmente esta es la estatuilla que levanta Almodóvar, algo que ha vuelto a ocurrir en este 2022: por España se presentó El buen patrón, y es Madres paralelas, de Almodóvar, la que obtiene sendas nominaciones: a actriz protagonista (Penélope Cruz) y banda sonora (Alberto Iglesias).
En diciembre de 2004 Pedro y Agustín Almodóvar solicitaron la baja como miembros de la institución, alegando un “desacuerdo con el sistema de votación así como otros aspectos que rigen el funcionamiento de la Academia, tales como la falta de información en cuanto al número de participantes en las distintas votaciones”. El éxito de Volver (cinco premios Goya, incluido película y dirección, de 14 selecciones) no logró que volvieran a la institución. Solo la insistencia de quien entonces presidía la Academia, Alex de la Iglesia, logró que el 14 de febrero de 2010, en la gala en que triunfó Celda 211, apareciera por sorpresa, tras mantenerse el más absoluto de los secretos, Pedro Almodóvar a anunciar el Goya a la mejor película. “Tenéis un presidente muy pesado”, soltó el cineasta desde el escenario. En 2015, los hermanos volvieron a la institución. Y hace dos años, en la primera entrega de los Goya en Málaga, Dolor y gloria obtuvo de 16 nominaciones (récord en el currículo de Almodóvar, que igualaba la marca de La piel que habito) siete estatuillas. Llegó a los Oscar y obtuvo dos candidaturas: mejor película internacional y mejor actor para Antonio Banderas.
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