Los problemas de fiabilidad de su Alpine le quitaron muchos puntos durante las primeras carreras del campeonato y llegaba a Monza tras completar una gran racha de 10 carreras consecutivas puntuando. Pero esa racha se rompió por otra avería. El piloto asturiano tuvo que abandonar el la vuelta 32 cuando estaba peleando en la séptima plaza por llevarse un buen puñado de puntos. El piloto rápidamente se dio cuenta de que algo no iba bien y alertó a su muro, que le dijo que todo iba de forma correcta, a lo que sorprendió al español, al que el tiempo le dio la razón.
“¿Tenemos un problema con la entrega de energía eléctrica?”, preguntó al inicio de la carrera el español. “No lo vemos”, contestó su ingeniero. “Uau”, respondió con sorpresa. Pero finalmente, el equipo le llamaría a boxes para dar por terminada su carrera.
“Llevaba toda la carrera con algún problema de energía en el motor, cortaba muy pronto en las rectas y era difícil mantener alguna batalla”, dijo Fernando tras la carrera.
“Han retirado el coche, no sé por qué problema exactamente, supongo que de motor también, pero esperemos que no esté muy roto o algo para poder usarlo en las demás carreras también”, dijo el español. Fernando Alonso estaba entre los pilotos que podía haber penalizado por cambio de motor, pero finalmente corrió con un propulsor que pudo ser el causante del problema.
“Fernando se retiró con un presunto problema de presión de agua. El equipo investigará más a fondo la causa después de la carrera”, dijo el equipo a través de las redes sociales, pero deberán hacer un análisis más exhaustivo del coche.