Fernando Alonso no tiene demasiados planes en la competición en lo que resta de año, salvo las 500 Millas de Indianápolis, tras disputar a principios de año el Dakar. Sin embargo, el asturiano ya ha tomado una decisión de cara a 2021. Muchos han sido los rumores y los comentarios acerca de una posible vuelta a la Fórmula 1. Alonso no ha desvelado en qué especialidad se centrará, pero lo dará a conocer lo antes posible.
“Es algo que he estado respondiendo desde 2018. Quería experimentar algo diferente, como el WEC, Daytona o Dakar, y también quería dejar de lado un poco la F1 y su ‘ecosistema’. Siempre dije que las nuevas reglas de la F1 podían hacer que tuviese hambre de nuevo, pero ahora las nuevas reglas se han atrasado a 2022. Sé lo que voy a hacer el año que viene, espero anunciarlo pronto”, ha afirmado el ovetense en un directo a través de Instagram.
Algo más que Alonso tiene muy claro es que su vinculación con el WEC no llegó a su final definitivo después de que abandonara Toyota al final de la temporada 2018-2019. El campeón del mundo de Resistencia ha desvelado que en algún momento volverá a competir en Le Mans.
“Sí, diría que sí. Los hypercars parecen un gran proyecto y también los LMDh. Hay muchas cosas para el futuro que pueden dar un empujón a la Resistencia. No sé cuando, pero estaré otra vez –en Le Mans–”, ha precisado.
Justamente disputar la mítica prueba es uno de los muchos objetivos cumplidos del ovetense. Alonso ha recalcado lo mucho que disfrutó las dos ocasiones en las que formó parte de ella en el 2018 y 2019.
“Siempre quise correr en Le Mans, pero mi experiencia con Toyota y las dos victorias superaron todo. Cuando tienes la adrenalina y la pasión de Le Mans se te hace corta la carrera, quieres correr incluso más horas. Fue una experiencia fantástica”, ha destacado.
Después de haberse coronado como campeón del mundo en dos ocasiones en Fórmula 1 y en una en el WEC, el asturiano ha resaltado una de las grandes diferencias entre ambas categorías. El enfoque que se hace de una carrera en ambas categorías tiene poco que ver.
“La conducción es muy diferente. La F1 gira alrededor del rendimiento, hay que tratar de hacerlo todo perfecto vuelta tras vuelta. En resistencia se trata de tener un buen equilibrio y buena fiabilidad: no empujas el coche a su verdadero limite en todas las curvas o no te subes a todos los pianos. También tienes que ser más instintivo, porque estás doblando coches en todas las vueltas”, ha concluido el piloto asturiano.
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