El domingo, el jefe de Alpine, Szafnauer, daba por hecho que sería “sencillo” llegar a un acuerdo con Alonso. Pero hablaba de dinero: “Con todo piloto siempre ha sido una cuestión de dinero”, explicó. Y Alonso ya avisó que debía convencerle el proyecto. Según Fernando, si las dos partes querían, “en 10 minutos” se arreglarían. Sucedió, pero no con el equipo esperado. Ficha por Aston Martin, para mí, algo sorprendente.
¿Cómo le habrán convencido? Por dinero no será en Aston Martin. Su propietario, Lawrence Stroll, multimillonario canadiense del sector de la moda, tiene una fortuna de 2.900 millones de dólares, según Forbes. Primero compró Force India (Racing Point) por unos 100 millones, y luego, el 16.7% de Aston Martin por 239 millones. Dijo en febrero que tiene “un plan para ganar en 5 años”. Está poniendo las bases para ello a base de talonario.
Fichó a uno de los ingenieros más cotizados, el jefe de aerodinámica de Red Bull, Dan Fallows. En 2020, Racing Point presentó un coche muy similar a Mercedes, una copia clara. Y a mitad de este año llevó a pista soluciones muy parecidas a Red Bull. Los de Milton Keynes se quejaron y recordaron que 7 de sus ingenieros se habían fugado a Aston Martin. Lawrence invirtió 295 millones en una ampliación de la fábrica, con dos edificios más, un túnel de viento y simulador nuevos para 2023.
Sin Vettel, Lawrence sabía que la pieza que mejor encajaba era Alonso. Sin embargo, la inversión en nuevos ingenieros aún no se ha visto traducida en éxitos y ahora Aston Martin es el penúltimo equipo, lejos de Alpine. Me cuesta mucho confiar en este plan. ¿Qué le prometieron a Alonso? Habrá que ver si el dinero puede convertirse en competitividad en pista. Alonso quiere ganar. Parece complicado. Un equipo ganador lleva tiempo. Que se lo pregunten a Ferrari, con todos los medios del mundo, y sin ganar un Mundial de pilotos desde 2007. Es una apuesta muy arriesgada. Aunque tampoco había mucho que arriesgar. Un asiento en McLaren tampoco aseguraba nada. Y quedarse en Alpine no le hubiera dado un coche campeón. No había más huecos.