Santi Aldama ya es muy bueno pero va camino de convertirse en un fenómeno, en un jugador permanente de ‘highlights’ también anote lo puntos que anote. Anoche, el ala-pívot encandiló juntando sus dos versiones, la del que registra números de vértigo y la del que ‘postea’ estrellas como fue el caso de Kyle Lowry en la victoria de los Memphis Grizzlies contra Miami Heat (101-93). El canario, titular, se disparó hasta los 18 puntos (8/12 en tiros de campo y 2/5 en triples) y 10 rebotes en 33 minutos, su segundo doble-doble en la NBA después del que sumó en la primera jornada contra los Knicks y, para honrar su fama de ‘chico para todo’, agregando 2 asistencias, 1 robo y 1 tapón.
¿En qué punto supe que me sentiría así esta noche? Cuando me levanté”, soltó, así de simple y natural, Aldama al ser preguntado por su actuación nada más acabar el partido. El canario tiene ese naturalidad en la cancha y fuera de ella, ese gancho, con esas acciones de ‘showman’ que repite noche tras noche que se tiene o no se tiene. Que si mates, que si tapones, que si romper la cintura a Lowry y terminar la penetración anotando…
“Ha sido muy importante este año dar un salto en la defensa. Tapones, robos…lo que sea. Trato de hacerlo cada noche”, destacaba el interior de 21 años en rueda de prensa. Aldama volvió a dar motivos a su entrenador, Taylor Jenkins, para que mantenga su confianza en él e incluso la aumente en un día de muchas bajas, sin Jaren Jackson Jr -el jugador titular en su puesto-, Ja Morant o Desmond Bane.
“Esto (la victoria) habla de la profundidad de la plantilla, de nuestro trabajo cada día entremos en lo rotación o no. De esto va el baloncesto y siempre es emocionante jugar ante esta gente”, subrayaba Aldama sobre su papel y el de otros suplentes como Tyus Jones, que se fue hasta los 28 puntos. El de Las Palmas, 9,7 tantos, 6 rebotes y 1 asistencia en 25 minutos de promedio esta temporada, va sumando actuaciones cada vez más impactantes. Santi no para.