Aluvión de donaciones en las regiones más bonificadas ante una posible armonización fiscal


La posible armonización de impuestos que impulsará el Gobierno está llevando a los contribuyentes de las regiones con mayores bonificaciones a acelerar las donaciones para aprovechar los privilegios fiscales de los que todavía disfrutan. Los datos de transmisiones patrimoniales publicados esta semana por el INE arrojan un avance sin igual en las donaciones de vivienda en toda España, alcanzando en 2021 el máximo histórico de 25.000 operaciones. Todas las autonomías, salvo Canarias, registran subidas anuales. Sin embargo, mientras que algunas como Cataluña, Comunidad Valenciana o Aragón vuelven a las tasas tradicionales de los años previos al Covid-19, otras como Andalucía, Madrid o Murcia registran récords no vistos desde el año 2008. Este fenómeno, apuntan varios expertos consultados, se explica en buena medida por la anticipación de los donantes a una posible armonización fiscal.

Una de las posibilidades con las que se especula es que la reforma fiscal que prepara el Gobierno –una vez se conozcan las conclusiones de los expertos reunidos por Hacienda– impulse una armonización autonómica en materia de impuestos. Este cambio normativo, a la espera de posibles fórmulas, acabaría previsiblemente con las bonificaciones del 99% en Donaciones de las que disfrutan los descendientes y ascendientes directos de regiones como, precisamente, Andalucía, Madrid y Murcia, que hacen gala de sus bajos impuestos.

Así, ante la posibilidad de que la normativa fiscal autonómica cambie y se homogeneice a nivel estatal, explica Luis del Amo, secretario técnico del REAF del Consejo General de Economistas, muchos donantes se anticipan. “Cuando la expectativa es que la sucesión o donación se va a endurecer, la gente se adelanta”, detalla. Con esta idea coincide la portavoz del Consejo General del Notariado, María Teresa Barea: “Nuestros datos confirman que hay un repunte generalizado y más acusado en aquellas comunidades con bonificaciones más favorables o atractivas”.

En Cataluña, por ejemplo, se donaron en 2021 unas 2.100 viviendas, una cifra prácticamente idéntica a la de los años previos a la pandemia. En Aragón, por su parte, la cifra mejoró hasta las 430, pero siguió siendo sensiblemente inferior a las registradas hace varios años. En la Comunidad Valenciana se rozaron las 3.500 donaciones, de nuevo en niveles similares a los históricos. En estas zonas que sirven como ejemplo, las bonificaciones en Donaciones son menos llamativas que en otras autonomías, según los datos que recoge el informe Panorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral 2021, elaborado por el Registro de Asesores Fiscales del Consejo General de Economistas (REAF-CGE).

En este segundo grupo podrían estar Andalucía y Madrid, donde este tributo está bonificado al 99% en los dos primeros grupos de parentesco. Allí, las donaciones de inmuebles ascendieron a las 5.400 y las 4.000, dos respectivos récords. Murcia, con unas 1.350 operaciones, también anota cifras insólitas.

Según los datos oficiales de los notarios, las donaciones totales, entre las que se encuentran las viviendas pero sobre todo las cesiones de dinero, han aumentado en los últimos años. En 2019 y 2020 se contabilizaron respectivamente unas 129.000 y 134.000 en toda España. La previsión, a la espera de conocer los datos, es que la cifra se haya disparado en 2021 a tenor de que sólo en el primer semestre se registraron casi 80.000 operaciones, cuando en el mismo periodo de los dos años previos se contabilizaban unas 53.000.

Barea señala que se prevé un especial tirón de las regiones con mayores rebajas, ya que cualquier ciudadano, antes de realizar una operación, “hace una valoración de las cargas impositivas de toda índole, desde las ganancias en el IRPF, hasta las plusvalías municipales o los impuestos de las comunidades autónomas”. La fiscalidad, resume, condiciona todas las decisiones, “más aún cuando puede producirse un cambio normativo en toda España” como el que parece avecinarse con la futura reforma fiscal.

Actualmente, explica Barea, la mayoría de donaciones suelen producirse de ascendientes a descendientes, es decir, de padres a hijos. Por lo general, son en forma de dinero o de viviendas, pero como las cantidades suelen ser relativamente bajas, el gravamen no es muy elevado.

El problema, añade Del Amo, surge cuando “hablamos de inmuebles más caros o de cantidades de dinero más elevadas”. En estos casos, las diferencias fiscales entre comunidades pueden llevar a muchos donantes a cambiar de región para “beneficiarse de bonificaciones mucho más generosas y evitar pagar ese dinero”, algo que, sugiere, podría estar acelerándose ahora en zonas como Madrid o Andalucía.

Armonización

Para el secretario técnico del REAF, sin embargo, sí es necesaria la potencial homogeneización que podría plantear el Gobierno en su reforma. “En Donaciones y Sucesiones lo lógico es que haya cierta armonización, porque cuando hay diferencias muy grandes entre regiones, como ocurre ahora, el impuesto funciona mal o directamente falla”, explica.

Como todas las figuras tributarias, añade, “este impuesto tiene sus ventajas y sus inconvenientes, pero sí pensamos que debe tener su lugar en el sistema tributario”. Entre los puntos positivos, destaca Del Amo, se encuentra el factor redistributivo y de igualdad territorial y de oportunidades. Entre las desventajas, que desincentiva la acumulación de capital.


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