La tesis de una agresión por rivalidad y envidia deportivas en el fútbol femenino francés similar a la de las patinadoras estadounidenses Tonya Harding y Nancy Kerrigan en los años 1990 continúa diluyéndose. Apenas unas horas después de ser puesta en libertad sin cargos, la jugadora del Paris Saint-Germain Aminata Diallo ha negado este viernes de forma contundente estar detrás de la misteriosa agresión sufrida la semana pasada por su compañera de equipo Kheira Hamraoui, cuando ambas viajaban en el coche de Diallo, y ha acusado a los medios de haberla “condenado de antemano”. En pleno shock por un caso que amenaza con perturbar el equilibrio del equipo, el PSG, que ya había anulado todas las actividades ante los medios de este viernes, ha solicitado además el aplazamiento del partido del domingo en Lyon.
“Aminata Diallo lamenta la patraña perfectamente artificial de una rivalidad entre ella y Kheira Hamraoui que justificaría que ella se enfrentase a su compañera. Esta teoría no corresponde en nada con la verdadera naturaleza de su relación”, afirmó el abogado de la jugadora de 26 años, Mourad Battikh, en un comunicado enviado a la Agencia France Presse este viernes, en el que “desmiente formalmente las acusaciones” vertidas contra su cliente. Esta “lamenta la exageración mediática que la ha condenado de antemano, sin fundamento, y recuerda que no dudará en defender sus derechos ante la justicia si es necesario contra toda difamación”, agregó en el escrito.
La primera declaración —aunque a través de su abogado— de Diallo se produce horas después de que la jugadora fuera puesta en libertad sin cargos la noche del jueves, tras pasar 36 horas en detención preventiva.
“No hay cargos suficientes para solicitar una acusación”, reconoció la fiscal del caso, Maryvonne Caillibotte, horas antes de que se agotara la prolongación a 48 horas —que expiraba este viernes— de la detención preventiva de Diallo. Un hombre presuntamente relacionado con Diallo y que había sido detenido el miércoles en la ciudad de Lyon también fue puesto en libertad un día más tarde. Otra jugadora del PSG, Sakina Karchaoui, que viajó con Diallo y Hamraoui la noche de la agresión, pero que se bajó del coche antes de que esta se produjera, tuvo que declarar asimismo el jueves, sin que se presentaran cargos en su contra. Aunque “la investigación continúa”, como subrayó la fiscal, las pistas hasta ahora manejadas parecen haber llevado a un callejón sin salida.
Entonces, ¿quién y por orden de quién sacó la noche del jueves 4 de noviembre a Hamraoui por la fuerza del coche en el que Diallo la llevaba a casa tras participar ambas en una cena del PSG y le propinó a la internacional francesa una paliza en las piernas con una barra de hierro? La pregunta tiene, hoy, menos respuestas que nunca. La sospechosa inicial fue Diallo, quien pese a estar en el mismo vehículo no sufrió golpe alguno y que, a priori, era la mayor beneficiada de la agresión a Hamraoui. Desde que esta última dejó este verano el Barcelona para fichar por el PSG femenino, la internacional de 31 años ha sido titular en todos los partidos que ha estado disponible, mientras que Diallo, que juega en la misma posición, ha visto reducido fuertemente su tiempo en el campo. Pese a ello, ambas han manifestado abiertamente su amistad, hecho por otra parte al que se atribuye que la noche de la agresión regresaran juntas a casa.
También salieron juntas de comisaría la noche del jueves, tras haber sido sometidas a un careo en las últimas horas de detención preventiva de Diallo. Según relataba este viernes el diario deportivo L’Équipe, después de que la fiscal Caillibotte decretara su libertad a lo largo de la tarde del jueves, Diallo salió por fin de las dependencias de la policía judicial de Versalles donde llevaba detenida desde la mañana del miércoles hacia las 21.00 del jueves. Hamraoui podría haber salido por su cuenta, pero ambas lo hicieron al mismo tiempo, acompañadas de acuerdo con el rotativo por el director adjunto de seguridad del PSG, Frédéric Doué, que las escoltó impidiendo que realizaran declaración alguna.
La conmoción que ha causado este incidente en el seno del equipo femenino del PSG ha llevado a este a solicitar ante la Federación Francesa de Fútbol el aplazamiento del partido previsto este domingo contra el Olympique de Lyon, informaron varios medios galos. El choque había generado una gran expectativa dado que suponía el enfrentamiento entre dos equipos invictos en lo que va de temporada del campeonato galo. A ello se unía, tras la agresión a Hamraoui, la curiosidad sobre quién saldría al campo de juego y cómo se comportaría el equipo.
Conscientes de esta atención mediática ajena al desempeño deportivo de sus jugadoras, el club parisiense ya había decretado que el entrenamiento de este viernes se realizara a puerta cerrada en Bougival y canceló la tradicional conferencia de prensa con el entrenador y una jugadora. Tras la puesta en libertad de Diallo, el club se limitó a emitir un comunicado indicando que “toma nota de la liberación” de su jugadora y que el PSG “permanece al lado de sus jugadoras para permitirlas superar esta prueba y recuperar rápidamente la serenidad”, mientras dice “confiar en la justicia para que se aclaren los hechos”.
Según L’Équipe, Diallo, que renunció a un abogado, se mostró durante todos los interrogatorios “muy cooperadora” y “muy correcta”, rechazando siempre cualquier implicación con la agresión de su compañera de equipo. Sobre su relación con el hombre detenido en Lyon, la jugadora de 26 años habría indicado que lo conoció hace algunos años a través de las redes sociales y que en las últimas semanas habló con él en varias ocasiones. La policía ha comprobado que el teléfono móvil de ese hombre, cuya identidad no ha sido revelada, fue utilizado también para llamar de forma anónima desde finales de octubre a tres otras jugadoras del PSG, Marie-Antoinette Katoto, Grace Geyoro y Karchaoui. Las fuentes consultadas por el diario deportivo indican que las jugadoras explicaron que el desconocido se presentaba como un “hombre casado” que decía haber mantenido una relación íntima con Hamraoui y que afirmaba que la jugadora había destruido su “vida de pareja”, por lo que se quería vengar. El detenido en Lyon sin embargo ha negado fehacientemente ser el autor de dichas llamadas, por lo que, al menos por ahora, ese es otro misterio sin resolver, al igual que la identidad de los agresores y los motivos por los que quisieron presuntamente dañar la carrera deportiva de Hamraoui. Añadiendo más opacidad al caso, el abogado de Diallo asegura ahora que los investigadores siguen actualmente “otras pistas mucho más serias” que “no implican en absoluto” a su cliente.
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