El Festival de Venecia no ha dejado indiferente a nadie. Y es que, además de presentar varias películas que pronto verán la luz en los cines, por su alfombra roja han desfilado algunos de los rostros más conocidos de la industria, sin olvidar que la esencia española ha sido la gran protagonista. Después de que Rocío Muñoz conquistara la ciudad italiana, María Pedraza o Eugenia Silva llevaran el toque nacional hasta sus calles y Penélope Cruz volviera a conquistar la localidad de los canales tras ganar el año pasado la Copa Volpi a Mejor Actriz, esta vez ha sido Ana de Armas la que ha conseguido acaparar todos los flashes.
Tras 10 intensos días en los que cine y moda se han dado la mano, anoche llegó uno de los platos fuertes del festival. La actriz hizo su tercera entrada en góndola para continuar con la promoción de Blonde, película en la que la hispanocubana encarna a Marilyn Monroe. Al finalizar la proyección del largometraje, el público se puso en pie y comenzó a ovacionar a Ana de Armas. 14 minutos de caluroso recibimiento que llegaron al corazón de la actriz, que no pudo evitar emocionarse ante el momento y rompió a llorar. Y no es para menos, pues el rodaje del filme ha supuesto un gran desafío para ella, en el que ha tenido que lidiar con algún que otro problema.
Hace tan solo unas semanas, la protagonista de la conocida serie El internado fue muy criticada por su papel como Marilyn Monroe por su acento cubano, uno de los aspectos que más trabajo le ha costado. Ella misma reveló en una entrevista para The Times que estuvo un año trabajando duro para conseguir una mejor dicción. “Fue una gran tortura, muy agotador. Mi cerebro estaba frito”, confesó. No obstante, los herederos del patrimonio de Marilyn Monroe dieron su beneplácito al ver el trailer de la cinta y el director Andrew Dominik siempre tuvo claro que quería que fuese ella la protagonista de la ficción.
Pero este no ha sido el único momento que ha protagonizado la actriz, pues nada más llegar a la red carpet consiguió robar todos los flashes de las cámaras. Ana de Armas apareció acompañada de su coprotagonista Adrien Brody, con un impresionante vestido rosa de Louis Vuitton y joyas de MessikaParis que no solo consiguieron eclipsar Venecia, sino a Brad Pitt también. El productor de la película no paró de aplaudir a la hispanocubana, mostrándose visiblemente emocionado y complacido. Tanto es así, que el actor solo tuvo buenas palabras para su compañera de profesión: “Está sensacional en la película. Fue un proceso de diez años. Hasta que encontramos a Ana no pudimos cruzar la línea de meta”.
De momento, habrá que esperar hasta el próximo 23 de septiembre, cuando el filme se estrene en Netflix, para ver a Ana de Armas en acción. Hasta ahora, lo que sí se ha podido saber es que Blonde compite en Venecia por el León de Oro y la actriz de El internado podría ser una clara candidata a llevarse la Copa Volpi a Mejor Actriz, tal y como hizo el año pasado Penélope Cruz por su papel en Madres paralelas.
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