Ana María Aldón ha sido, en mayúsculas, la concursante sorpresa de ‘Supervivientes’, donde ha salido de la sombra de su marido, José Ortega Cano, para mostrarse como una mujer fuerte, decidida, divertida y con las ideas muy claras. Tras regresar de Honduras y poder ver a los suyos, este mismo miércoles, el sábado ha viajado de nuevo a Madrid para convertirse en la protagonista del ‘Deluxe’, tal y como Look adelantó en primicia.
Muy atractiva con su nuevo look y segura de sí misma, Aldón no tuvo reparos en confesar que para poder soportar la presión mediática ha «tomado medicación desde el año 2014 por depresión«. Si bien todo comenzó cuando comenzó a salir con el torero y se suavizó un tanto, cuando se casó con el torero y comenzaron a surgir mentiras sobre ella, todo volvió y la de Sanlúcar decidió pedir ayuda profesional. «No había quién os aguantara», aseguró a Vázquez medio en broma. Y si bien, fue un momento complicado, ya forma parte del pasado, «todo eso se quedó en los Cayos», aseguró Ana María, que contó además que había dejado la medicación tras su paso por la isla.
«Me daba pánico», dijo sobre el mundo de la televisión, al que no ha querido enfrentarse hasta ahora para cumplir una necesidad, «que sepan cómo soy y puedan juzgar».
Sobre Rocío Flores y Rocío Carrasco, Ana María explicó que antes del concurso apenas había coincidido con la joven , en «bodas, bautizos y comuniones» y que fue en el reality cuando de verdad la conoció. «Me quedo con su fortaleza mental, he flipado con ella y la fuerza que me ha dado cuando ella estaba derrumbada». Como a muchos otros, afirmó que le gustaría que hubiera un acercamiento entre madre e hija, pero «no voy a hablar de Rocío Carrasco porque le tengo respeto», sentenció.
María Patiño le ‘robó’ el protagonismo
María Patiño fue una de las periodistas que acudieron a plató a entrevistar a Ana María Aldón y, lo que menos se esperaba era en convertirse en una de las protagonistas de la noche debido a un desafortunado incidente. En plena entrevista, a la gallega se le cayó un diente, robando el protagonismo a la mujer de Ortega Cano durante unos instantes.
«Enséñalo», le animaron sus compañeros de plató, a lo que ella, gesticulando lo más mínimo, se negaba: «no, esa foto se queda para siempre». Al final contó que en uno de los descansos se había comido un osito de gominola que le había ofrecido Lydia Lozano y, al metérselo en la boca, se le había caído un diente. «Ha hecho ventosa», desvelaba para risa de sus compañeros.