A principios de marzo el área de Educación de EL PAÍS se fortaleció con nuevos periodistas y una entidad propia dentro de la sección de Sociedad. Solo algunos días después, estalló la pandemia de la covid-19 y las consecuencias educativas que trajo consigo la clausura de colegios, institutos y universidades. Ana Torres, redactora de Educación, ha contado a un grupo de suscriptores de EL PAÍS cómo han sido estos últimos seis meses informativamente, qué le han trasladado tanto profesores como alumnos sobre el regreso a las aulas en septiembre y cuáles son las últimas novedades en el terreno educativo. El encuentro, presentado por la periodista Andrea Nogueira, se enmarca dentro del programa de actividades exclusivas de EL PAÍS+.
“Sabíamos que millones de familias estaban pendientes de la información educativa, de qué iba a pasar con sus hijos, si los iban a evaluar… ha sido un momento intenso e interesante”, ha resumido Torres sobre este periodo. La periodista evidenció las diferencias entre comunidades autónomas en el retorno a las aulas, teniendo en cuenta tanto la incidencia del virus como la aplicación de protocolos sanitarios. En un escenario en el que todavía falta información, la redactora considera que “la ilusión” con las que los profesores han vuelto a los centros educativos está mitigando el temor al coronavirus y sus consecuencias en la formación.
Quienes han sufrido de manera más acuciante la pandemia son los alumnos con menores recursos económicos. La imposibilidad de seguir las clases con normalidad ha ocasionado que acumulen una gran carencia de contenidos. Ellos son quienes más se pueden beneficiar del anuncio del Ministerio de Educación, que permitirá la flexibilización de los contenidos esenciales de este curso ante la imposibilidad de cumplir con todo el currículum. “¿Cómo se va a solucionar exactamente esto? Se tiene que debatir ahora”, ha puntualizado Torres.
La crisis sanitaria es también una oportunidad de desarrollo y mejora del sistema educativo, que viene arrastrando deficiencias y excesos desde hace años. Torres ha apuntado algunos, como el currículum “enciclopédico” o la falta de formación digital de los docentes. “Muchos han hecho autocrítica y han reconocido que, inmersos en las cosas del día a día, no se lo habían tomado en serio”, ha compartido. No obstante, ha recordado que muchos centros ni siquiera cuentan con una red wifi estable para hacer frente al modelo semipresencial que se está planteando en muchas comunidades.
Todos estos procesos implicarán un cambio en la cultura docente que empezará por los propios profesores, que tendrán que acercarse más a metodologías europeas y colaborar entre elloss: “Van a tener que ponerse de acuerdo en qué materias son esenciales y de qué manera rehacen el currículum para no colapsar a los estudiantes con demasiado contenido”.
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