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Análisis: por qué el segundo juicio político contra Trump pudiera estar “muerto de salida”


La gran mayoría de los senadores republicanos se opuso este martes al juicio político contra el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo que vaticina el posible fracaso del proceso en contra del exgobernante, acusado de “incitar a la insurrección”.

En una votación sobre una moción de procedimiento, sólo cinco senadores republicanos consideraron que el juicio político a Trump no es inconstitucional, poniéndose del lado de los demócratas, que votaron unánimemente a favor de que el proceso continúe.

Para condenar a Trump en el juicio político, que debe comenzar en dos semanas, se necesitan dos tercios de los votos, es decir, 67 de los 100 miembros de la Cámara Alta, cuyos escaños actualmente se reparten entre 50 demócratas y 50 republicanos.

El senador republicano Rand Paul, que fue el que presentó la moción sobre la constitucionalidad del proceso, aseguró tras las votaciones que el juicio político “está muerto de salida”.

“El juicio político es para la destitución, y el acusado aquí ya dejó el cargo”, argumentó Paul sobre su iniciativa, al tiempo que advirtió que un proceso a Trump arrastraría a Estados Unidos “a la cuneta del rencor y la hostilidad como nunca antes se ha visto en la historia”.

Pese a que Trump abandonó la presidencia la semana pasada, una condena en un juicio político podría acarrearle la inhabilitación para ocupar nuevamente un cargo público, lo que podría poner fin, de tenerlas, a sus aspiraciones de seguir en la política.

Pese a que su moción fue rechazada, tras la votación Paul dijo que “sólo hay que hacer números”.

“Si (un senador) votó que era inconstitucional, ¿cómo diablos podría esperarse que condenara a alguien por esto?”, agregó el senador, que consideró la votación “una gran victoria”.

“Este voto indica que se acabó, el juicio ha terminado”, reiteró Paul.

El cargo para un juicio político contra Trump, acusado de “incitación a la insurrección” por haber animado a sus seguidores a asaltar el Congreso el pasado 6 de enero, fue enviado al Senado este lunes.

Los nueve congresistas demócratas que ejercerán como fiscales en el juicio pusieron en marcha así un proceso que debe desembocar en el proceso a partir de la semana del 8 de febrero.

En caso de que todos los demócratas voten a favor de condenar a Trump, 17 legisladores republicanos también tendrían que hacerlo y algunos, incluido su líder, Mitch McConnell, que el martes votó en contra del juicio político, no han aclarado su posición.

El también senador republicano John Thune no fue tan categórico como Paul y dijo que la votación del martes no es vinculante y que la verdadera postura de cada legislador se verá en el proceso.

“Era una pregunta sobre la constitucionalidad. No creo que obligue a nadie una vez que comience el juicio”, dijo.

Este será el segundo “impeachment”, como se conoce el proceso de destitución en inglés, contra Trump, que salió airoso del primero a comienzos de 2020 por sus presiones a Ucrania para que investigase por supuesta corrupción al actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

El asalto al Capitolio, del que es responsabilizado en el juicio político, interrumpió una sesión del Congreso en la que se iba a certificar la victoria electoral de Biden, que Trump nunca ha reconocido insistiendo en que fue objeto de un fraude que no ha podido demostrar.

En esos incidentes murieron cinco personas, incluido un policía.




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