La tercera parte de los responsables de ataques en escuelas, templos o establecimientos a nivel nacional en el 2018 tenían antecedentes de violencia doméstica grave, dos terceras partes padecían problemas mentales y casi todos expresaron amenazas o mensajes que inquietaron a otros antes de que ocurrieran los actos, de acuerdo a un reporte del Servicio Secreto sobre tiroteos masivos.
El Servicio Secreto estudió 27 incidentes en lugares públicos en los que fallecieron un total de 91 personas y otras 107 resultaron heridas en 2018.
Entre los eventos analizados se incluyen la masacre en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas de Parkland, Florida, en la que hubo 17 muertos y 17 heridos, y el ataque en la Sinagoga Tree of Life de Pittsburgh.
El reporte analizó el momento, las armas utilizadas, los lugares y los factores estresantes del atacante, además de los eventos previos al incidente, en un intento por entender de mejor manera cómo se perpetraron los atentados y cómo prevenirlos.
Miembros del Centro de Evaluación de Amenazas Nacionales del Servicio Secreto, que realizaron el estudio, presentaron sus conclusiones a la policía y a funcionarios escolares y de seguridad pública durante un seminario realizado el martes.
“Queremos que la comunidad sepa que la prevención es responsabilidad de todos y no sólo de las autoridades”, dijo Lina Alathari, directora del centro.
Otros incidentes analizados incluyen el de un hombre que condujo su camioneta hacia una clínica de Planned Parenthood en Nueva Jersey que dejó a tres personas heridas, y el de un hombre que mató a dos personas en un despacho legal y a una más en un consultorio psiquiátrico en junio.
El criterio para ser parte del estudio eran incidentes en espacios públicos en los que hubiera al menos tres personas lesionadas.
La mayoría de los atacantes eran hombres, de entre 15 y 64 años de edad. Los antecedentes de violencia doméstica a menudo incluían incidentes de gravedad. Aunque el 67% padecían problemas mentales, solo 44% de ellos contaban con un diagnóstico o un tratamiento.
La mayoría de los ataques ocurrieron entre semana. Solo uno fue en sábado.
En cuanto a los motivos, más de la mitad de los responsables tenía rencor hacia un cónyuge o familiar, o una disputa personal o laboral.
Se desconoce el motivo del 22% de los incidentes analizados. En casi la mitad de los casos, el agresor aparentemente tenía un objetivo predeterminado.