La era de Carlo Ancelotti con el Nápoles de Aurelio de Laurenttis ya es historia. El dirigente italiano del club celeste decidió poner punto y final a la andadura de ‘Carletto’, a pesar de lograr el objetivo de clasificarse para los octavos de final de la Champions League tras derrotar al Genk por 4-0.
Un ‘matrimonio’ que comenzó en el verano de 2018, pero que el paso del tiempo ha ido deteriorando el idilio con continuos desencuentros y roces donde tanto club, entrenador y jugadores han tenido parte de culpa. Un proyecto de más a menos, con unos últimos meses sin freno y en caída libre.
Además, la destitución fue tomada a conciencia en el seno del club napolitano, ya que el técnico avisó en la previa del partido ante el Genk que no iba a dimitir. “Nunca he dimitido y no creo que lo haga”, admitía.
Todo comenzó a torcerse en verano cuando el ex técnico blanco pidió reforzar al equipo para dar caza a la Juventus de Cristiano y compañía. De Laurentiis, rechazó por activa y por pasiva tener que ‘rascarse el bolsillo’ durante la ventana de fichajes como también se opuso a la salida de varios jugadores que pedían un cambio de aires.
Más tarde, vino la consecuencia de una mala gestión de grupo que se tradujo en resultados negativos que lo han colocado como séptimo de la Serie A, a un mundo de Inter y Juve. Antes de la victoria de ayer noche, sumaban la terrible racha de ocho partidos seguidos sin conocer la victoria.
También la sonada concentración que De Laurentiis exigió a los suyos en la víspera del partido ante el Salzburgo y que provocó la total ruptura de una relación que pendía de un hilo. Además, las multas a varios futbolistas por discrepancias.
Ancelotti decidió ponerse del lado de los jugadores estas últimas semanas y el presidente del Nápoles cortó de raíz la etapa de ‘Carlo’ al tener en mano el billete a octavos.
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