Andalucía, Comunidad Valenciana y Castilla y León se adelantan a Sanidad y aplican toques de queda


Andalucía, Comunidad Valenciana y Castilla y León serán las primeras autonomías en imponer toques de queda. La Junta lo aprobó este jueves para Granada y su área metropolitana, donde entrará en vigor el domingo. El Gobierno valenciano y el castellanoleonés lo anunciaron al final del día. Para el resto de España tendrá que esperar. Aunque es una opción que ven con buenos ojos tanto el Gobierno central como la mayoría de los regionales, todavía no hay un consenso sobre cómo articularlo. El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, que se celebró este jueves, aprobó un paquete de medidas para frenar la epidemia —adelantadas el miércoles por El PAÍS— y entre ellas no está de momento la restricción de la movilidad nocturna.

Ante la falta de acuerdo, el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, anunció que aprobará el toque de queda en los próximos días en su comunidad desde medianoche hasta las seis de la mañana. Asimismo, el vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea, aseguró que esta región ordenará un toque de queda este viernes, y que se aplicará a partir de las “nueve o diez de la noche”, siempre que los tribunales la ratifiquen, informó Juan Navarro. Estas dos autonomías habían solicitado esta limitación antes del consejo sin que saliera adelante, por lo que Igea consideró el resultado de la reunión Interterritorial como “decepcionante”.

Por su parte, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, explicó después del encuentro que su departamento está buscando el consenso con las comunidades para aprobar esta limitación de la movilidad nocturna en toda España y que está estudiando cómo articularla. “El instrumento jurídico óptimo para un toque de queda en todo el territorio es el estado de alarma. Los servicios jurídicos llevan tiempo estudiándolo. Pero seguiremos valorándolo y madurándolo en el consejo”, señaló Illa.

Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias aseguró que el toque de queda es una herramienta que ayudaría a contener el virus: “No sé qué formato jurídico tendrá que dársele. Pero ya se han controlado varios ámbitos de transmisión (entre temporeros, en empresas cárnicas, se ha evitado en colegios) y ahora se produce en unos ambientes muy concretos. Limitar la movilidad nocturna podría favorecer mucho el control de la transmisión porque ahí están los focos más importantes”.

El toque de queda, que ya se está aplicando en Francia, tiene como objetivo limitar más las relaciones sociales, pero en función de la hora, sus repercusiones pueden variar mucho. Según explica Ildefonso Hernández, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública (Sespas), se ha observado que este tipo de medidas pueden reducir la transmisión en un 18%. “Pero se trata de estudios de países muy distintos, hay que adaptarlos al contexto. Supongo que las comunidades autónomas tendrán datos que muestren dónde se produce la mayor transmisión para limitar esas horas”, añade.

El epidemiólogo Javier del Águila señala que la clave para conocer su impacto es la hora a la que se fije el toque de queda, algo que todavía no está claro. Granada, la única capital española que ya lo ha decretado lo ha impuesto desde las 23.00. “A partir de esta hora puede tener un efecto para botellones, parques, porque los bares y restaurantes ya estaban cerrados para ese momento en muchas comunidades con gran incidencia. Si se adelanta a las 21.00 o 22.00 tendría un impacto más radical, porque ya no solo afecta a lo que hagas de madrugada, sino que limitas cenas y reuniones”, señala. Aunque puede parecer una medida muy drástica, Del Águila cree que cuanto antes se tome, más efecto tendrá: “En la primera ola las dudas sobre los confinamientos domiciliarios, por su radicalidad, nos llevaron a posponerlos y fue peor”.

Lo que sí aprobó el consejo interterritorial es el nuevo paquete de medidas para hacer frente a la epidemia. Todas las comunidades votaron a favor, excepto País Vasco y Madrid, que se abstuvieron a falta de tener un documento definitivo. “No nos oponemos al documento de alertas pero tampoco lo apoyamos porque llega cuatro meses tarde, tendría que haber estado preparado cuando terminó el estado de alarma”, señala un portavoz de la comunidad gobernada por Isabel Díaz Ayuso.

Estas medidas establecen un panel con ocho indicadores principales y 20 secundarios que colocan a las localidades mayores de 10.000 habitantes en cuatro niveles de riesgo. El riesgo alto y extremo, que incluye una tasa de incidencia acumulada en los últimos 14 días de más de 250 casos por 100.000 habitantes, incluye valorar el cierre de todo establecimiento no esencial a las 23.00 y la posibilidad de cerrar los interiores en bares y restaurantes o reducir su aforo al mínimo.

Si se aplican estos indicadores a las medias de las comunidades autónomas solo cinco se librarían de las restricciones más altas: Baleares, Canarias, Cantabria, Comunidad Valenciana, Extremadura y Galicia. Todas las demás presentan un riesgo alto o extremo. Pero una vez que se publique en el BOE —”en los próximos días”, según Simón— serán los Gobiernos regionales los que tendrán que hacer la valoración del riesgo de cada uno de sus territorios y aplicar las medidas que se han consensuado, así como definir el ámbito geográfico donde las imponen.

Criterios de riesgo

Entre los criterios para establecer el riesgo de cada municipio se valoran dos bloques: uno que mide la transmisión del virus —a través de seis estadísticas: la incidencia acumulada por 100.000 habitantes en 14 días y en siete, estas mismas medidas pero referidas a la población mayor de 65 años, el porcentaje de positividad de las pruebas diagnósticas y el porcentaje de casos con trazabilidad— y otro la capacidad asistencial a través de la ocupación de camas en planta y en UCI.

A cada una de estas métricas se le asigna un valor. Por ejemplo, el umbral de riesgo extremo está por encima de 250 casos a 14 días; 125 a una semana (cifras que bajan a 150 y 75 en caso de los mayores de 65 años); más de un 15% de positividad en las pruebas y menos de un 10% de trazabilidad, es decir, que solo se conozca el contacto de 10 de cada 100 positivos, o menos. En el bloque de la asistencia, el máximo riesgo se alcanza cuando se supera el 15% de camas ocupadas por enfermos de covid en planta y el 25% en cuidados intensivos. Cuando un territorio tiene dos o más indicadores del primer bloque por encima de estos niveles y al menos uno del segundo, se considera que está en riesgo extremo.

Sea cual sea el nivel, las medidas suponen el cierre del ocio nocturno. Para el riesgo extremo no hay medidas concretas: el documento recomienda que se apliquen todas las del nivel tres y se estudien otras adicionales que, en caso de ser necesario, tendrían que ejecutarse mediante la aplicación del estado de alarma. En el tercer nivel se recomienda a las personas no salir de sus domicilios salvo para medidas necesarias, se puede valorar el confinamiento perimetral, se aconseja teletrabajar siempre que sea posible, la limitación de las reuniones sociales a un máximo de seis personas. En la hostelería, además de valorar cierres a las 23.00 y cierre en interiores, se impone una limitación del aforo en exteriores del 75% y un límite para la admisión de clientes a las 22.00, con cierre a las 23.00. Las medidas se van relajando según se rebaja el nivel de riesgo. En el dos ya se permiten reuniones de 10 personas y apertura de aforos interiores en hostelería del 50%.

En total, hay un casi un centenar de medidas en cada uno de los tres niveles que afectan a toda vida social, actividades deportivas, recreativas y religiosas.

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