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Angela Merkel, tras recibir el Premio Carlos V en Yuste: “Solo una Europa unida hacia dentro es fuerte hacia fuera”


A punto de dejar la Cancillería alemana que ha ocupado durante 16 años, Angela Merkel ha recibido este jueves en el monasterio de Yuste (Cáceres), de manos del rey Felipe VI, el Premio Europeo Carlos V. Merkel no ha querido utilizar su discurso para hacer un balance de su largo mandato al frente de la primera potencia económica de Europa; ha preferido centrarse en los retos a los que se enfrenta el proyecto europeo, las amenazas que le acechan y la necesidad de seguir tejiendo acuerdos en materias tan complejas como la inmigración; aunque, como ha subrayado ella misma, ya no podrá ser una de sus muñidoras. “Solo una Europa unida hacia dentro es una Europa fuerte hacia fuera”, ha dicho.

El Rey, por su parte, ha elogiado la capacidad de Merkel “para alcanzar consensos y encontrar soluciones equilibradas”. Tras recordar que ella misma se ha definido como una “empleada del Estado”, ha alabado su “tesón y perseverancia”, su “pragmatismo y fiabilidad” y su voluntad de anteponer “el compromiso al enfrentamiento”. Ella representa “el espíritu de la mejor Europa unida”, ha añadido Felipe VI, quien ha terminado con un llamamiento: “Sigamos construyendo Europa, nuestro mejor proyecto colectivo”.

Previamente, la canciller había alertado del auge en Europa de unas “fuerzas centrífugas” que se vuelven más potentes a medida que los valores europeos se debilitan, las instituciones comunitarias no responden a las expectativas de los ciudadanos y las diferencias económicas y sociales se agudizan. Frente a quienes anteponen los intereses nacionales a los principios de la Unión y su base jurídica, ha llamado a fortalecer la cohesión interna y ha añadido, en alusión velada a Polonia, que solo cabe “seguir manteniendo un diálogo sincero y resaltar los valores comunes”, como el respeto a los derechos humanos y de las minorías.

La pandemia del coronavirus ha evidenciado, a su juicio, qué fácil es recaer en las soluciones nacionales y buscar protección detrás de las fronteras, pero la UE ha sido capaz, ha añadido, de superar unida esta crisis, como demuestra la aprobación de los fondos Next Generation. Aunque alcanzar acuerdos entre los 27 socios “es difícil y laborioso” y exige “estar dispuesto a considerar posiciones diferentes”, ha reconocido Merkel, la única vía es hallar“soluciones de compromiso”. Ante el reto del cambio climático, ha advertido de que se habla mucho del coste de avanzar en la descarbonización, pero menos del coste de no hacerlo, y ha recordado las catastróficas inundaciones que sufrió su país este verano, que muchos vinculan con el calentamiento global. “No debemos salir de la crisis como entramos. Economía y ecología deben ir de la mano”, ha dicho.

Merkel ha llamado a combatir “con la mayor determinación” los brotes de intolerancia y ha advertido de que la UE debe hablar con una sola voz en un mundo en el que emerge China como potencia política y económica. Hace falta, en conclusión, “más soberanía europea”, porque “la Unión es una suerte para todos nosotros, que debemos preservar y seguir construyendo”, ha concluido su discurso, acogido con un prolongado aplauso.

La mandataria recibe este premio en tiempo de descuento. Tras las elecciones alemanas del pasado 26 de septiembre, está a la espera de que se configure un nuevo Gobierno, presumiblemente presidido por el socialdemócrata Olaf Scholz, para dejar la cancillería que ha ocupado desde 2005. Sus cuatro mandatos han estado repletos de luces y sombras: su defensa inflexible de una férrea austeridad como receta para salir de la recesión iniciada en 2008 llevó al borde de la explosión social a los países del sur de Europa, mientras que su política de puertas abiertas ante la ola de refugiados de la guerra de Siria en 2015 mostró su rostro más humano, pero dio alas al auge de la ultraderecha en Europa. Ante la pandemia del coronavirus dejó de lado la inflexibilidad de la que hizo gala durante la crisis económica y dio luz verde a un plan de recuperación de 750.000 millones.

La Fundación Academia Europea e Iberoamericana de Yuste, presidida por el rey Felipe VI, galardona desde 1995 a “aquellas personas, organizaciones, proyectos e iniciativas” que hayan contribuido al “engrandecimiento de los valores europeos” o a la “unificación de la Unión Europea”. Este 2021 ha querido reconocer la larga trayectoria de la canciller alemana “al servicio de Europa” y su firme defensa “del proceso de integración europeo y del importante papel estratégico de Europa en el concierto internacional”.

Merkel recibe el premio 15 años después de que lo hiciera su antecesor en el cargo, Helmut Kohl. Es la segunda alemana en recibirlo y la tercera mujer, tras la expresidenta del Parlamento Europeo Simone Veil (2008) y la impulsora del programa Erasmus Sofia Corradi (2016). A la ceremonia han asistido tres antiguos premiados: Felipe González (2000), Javier Solana (2011) y Marcelino Oreja (2017).

Al acto han acudido también el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara; el del Constitucional, Juan José González Rivas; el del Consejo General del Poder Judicial y del Supremo, Carlos Lesmes; y el del PP, Pablo Casado. Mientras esperaban la llegada del rey y de Merkel, todos ellos han formado un corrillo a la entrada del monasterio de Yuste, aunque no se ha visto que Sánchez y Casado hablaran directamente. Quienes sí han departido largamente han sido Casado y Lesmes, un día después de que el primero aceptara negociar con el Gobierno la renovación de todos los órganos institucionales que han concluido su mandato (salvo precisamente el Poder Judicial) y poco antes de que se llegara a un acuerdo sobre esa renovación. Habitualmente los premios europeos Carlos V se entregan el 9 de mayo, Día de Europa, pero la pandemia obligó a cancelarlos el año pasado y ha retrasado este año la ceremonia hasta el 14 de octubre.


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