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Anna Junyent: “Si ellos entrenan a mujeres, ¿por qué no nosotras a hombres?”

Sin tapujos y con las ideas muy claras. Así se expresa Anna Junyent, exjugadora del Barça durante nueve años y desde esta temporada entrenadora del Seagull de Badalona, equipo del Reto Iberdrola, la segunda categoría del fútbol femenino español. La catalana ha culminado su aventura de tres años en el ‘soccer’ americano de la mano del Atlanta para regresar dispuesta a dar mucha guerra en nuestros banquillos y reivindicar la falta de oportunidades respecto a sus compañeros.



“Jugábamos por amor al arte”

Anna ha vivido en primera persona la evolución brutal del fútbol femenino, tras haber militado en el Barça de 1994 a 2003. “El fútbol se vivía entonces como una pasión, algo que hacías solo por amor y sin mirar más allá. Disfrutábamos y jugábamos por amor al arte”, relata.

Tras obtener el carnet UEFA Pro, donde compartió aula con exjugadores como Pochettino o Fernando Hierro, emigró a Estados Unidos para conocer de primera mano el ‘soccer’, el mejor fútbol femenino del mundo: “Es una etapa en la que he crecido muchísimo como entrenadora. Ellas han sido cuatro veces campeonas del mundo y son un referente”, destaca.


Ha regresado este mismo verano para aplicar esos conocimientos en el Seagull de Badalona, un equipo que ya ha disputado en tres ocasiones la promoción de ascenso a la Primera Iberdrola: “Me di cuenta en Estados Unidos que allí son muy fuertes físicamente pero que el nivel técnico que tenemos aquí es una maravilla. Allí hay más físico pero no tanta calidad como en España”, explica y añade que “mi reto es mantener la categoría, que es una categoría nueva. Somos un equipo humilde pero somos ambiciosas y no renunciamos a nada”.

“Empieza a abrirse alguna puerta”

La catalana lamenta que solo hay dos entrenadoras en la Primera Iberdrola, María Pry (Levante) e Irene Ferreras (Valencia), una auténtica paradoja. “Cuando me saqué el carnet de entrenadora junto a varios exfutbolistas, aunque yo era la única mujer, pensé que me iban a dar las mimas oportunidades que a ellos pero no es cierto”, sentencia. “También hay otro condicionante: que no somos muchas. La mayoría de futbolistas no nos planteamos un futuro como entrenadoras, a diferencia de los hombres. Ahora parece que empieza a abrirse alguna puerta y que sí es posible, así que espero que salgan muchas entrenadoras más detrás de mi”.

Tras haber entrenado a equipos masculinos tanto en España como en Estados Unidos, asegura que el último techo de cristal que hay que romper es el de instalarse en los banquillos de la Primera División masculina: “Primero hay que romper el techo de la Pirmera Iberdrola y, una vez roto éste, el siguiente paso ya sería hablar del masculino. Podemos entrenar tanto a hombres como a mujeres. Si ellos lo hacen, ¿por qué no nosotras?”, se cuestiona esta mujer de bandera que no se pone límites.


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