Ni la vida ni el fútbol van a ser como los conocíamos antes del coronavirus, por lo menos a corto y medio plazo. Y, lamentablemente, tampoco Anoeta. Va a costar presenciar esa imagen tan plástica y emocionante de los aficionados realistas cantando y bailando agarrados de espaldas al terreno de juego para celebrar un gol. De hecho, en la Real ya trabajan con la idea de que no volverá a haber público en las gradas del coliseo de Amara hasta por lo menos enero de 2021 a causa de una pandemia, con las consecuencias deportivas, sociales y económicas que eso acarreará. Luego, además, según un estadio de un prestigioso estudio de arquitectura, la capacidad del estadio se podría ver mermada entre un 10 y un 15%, con lo que el nuevo Anoeta sería más parecido al viejo en lo que a capacidad se refiere.
El propio Javier
Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional, dijo en un encuentro digital que “habrá puerta cerrada hasta diciembre” porque “lo lógico es que no haya aglomeraciones”. Por lo tanto, los aficionados realistas no podrán animar a su equipo ni en los seis encuentros que restan en casa de esta temporada 2019/20, si es que se reanuda, ni en los que se jueguen en Donostia de la próxima temporada hasta las navidades . Esto, lógicamente, supone una importante merma de ingresos para el club en lo que se refiere a abonos, taquilla y publicidad.
La Real trabaja además en tratar de ambientar el estadio para esos encuentros en los que se juegue a puerta vacía. No podrá recrear el ambiente que generan la Grada Aitor
Zabaleta y los 30.500 aficionados que acuden de media al estadio, pero sí quieren introducir sonidos de animación e imágenes que puedan hacer sentir al jugador que está acompañado por su gente.
La normalidad no se recuperará en todos los aspectos de la vida y el deporte mientras no se cree y se generalice una vacuna y un tratamiento contra el COVID-19. Mientras llega ese momento, lo previsible es que haya restricciones en los estadios y que éstos tengan que ver reducido su aforo para evitar aglomeraciones y posibles contagios.
En torno a 34.000 espectadores
El prestigioso estudio de arquitectura Fenwick
Iribarren ha elaborado un informe en el que establece, entre otras cosas, que los estadios deberán reducir su aforo entre un 10 y un 15% en la época post-COVID-19, por la necesidad de establecer una mayor distancia entre los asientos. Esto dejaría Anoeta, el ahora llamado Reale Arena, con una capacidad de entre 33.650 y 35.600 espectadores, poco más de lo que tenía antes de la remodelación (32.500).
Además, Fenwick
Iribarren, que diseñaron dos estadios (el RCDE Stadium y Ras Abu Aboud de Qatar) que la UEFA puso como ejemplo de sostenibilidad, establecen otras mejoras a implementar en los campos profesionales. Habrá que acostumbrase a las puertas de apertura automática, la activación de luces por sistemas de detección infrarrojo, la aplicación de la cultura del no contacto, que incluye inodoros de autodescarga y dispensadores automáticos de jabón, y pago de entradas, consumos y compras a través del teléfono móvil.
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