Anoeta se vuelca, pero no se da la vuelta

Anoeta se vuelca, pero no se da la vuelta

Anoeta tenía más ganas que nunca de cantar victoria, de celebrar los goles con el baile ritual de espaldas al campo, pero el jueves de Pascua dejó frustración. Ambientazo, un gran partido y frustración por no poder asistir a la fiesta del gol pese a la superioridad del segundo tiempo. Además, estaba el aliciente añadido de la cierta animadversión al Barcelona, agitada estos días por los audios de Piqué, que enervaron a los aficionados de ‘los otros’, los que no son Barça y Madrid y sólo se llevan un kilo de la Supercopa.

La parroquia sobre todo animó a su equipo y lo hizo sin cesar, en los minutos de mayor impotencia del primer tiempo, en los de frenesí ofensivo de la segunda y en ese arranque impetuoso del final. La noche comenzó con el emotivo homenaje a Zurutuza, cuya larga disertación fue interrumpida por varios: ‘¡Zuru, Zuru!’.

35.128 almas nocturnas

Anoeta presentó la quinta mejor entrada de su historia (35.128), pese a ser un jueves a las 21.30 horas y una parte del respetable quiso incomodar a los culé: “Estoy hasta los huevos del Barça y Madrid”, fue una de las frases más repetidas, o el “Llama a Rubiales, Piqué llama a Rubiales”, en los momentos de acoso de la segunda mitad. No faltó el clásico “Diles que se vayan”. A Piqué se le silbó siempre, incluso cuando se cantó su nombre por megafonía.

La fiesta prometía y la hinchada estaba volcada, pero faltaron los cohetes y el ‘Dale Cavese’. Son ya 21 partidos y 951 días sin ganar a ninguno de los cuatro primeros de la tabla. Demasiado.




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