Cuando uno se adentra en el Estadio de Anoeta, este ya ofrece la imagen de ser un recinto cerrado. Aún queda trabajo por delante para que la tribuna norte sea una realidad, pero ya se ha levantado lo suficiente como para separar completamente el interior del campo de la Avenida de Madrid.
MD tuvo acceso ayer al interior del estadio y desde ahí se pudo apreciar cómo, con la práctica totalidad de la estructura de hormigón del graderío norte ya construido, los operarios han comenzado a ensamblar los prefabricados que formarán la grada.
Han comenzado a realizar estos trabajos por la esquina noroeste del campo, la más próxima a la estación del topo, donde ya se han colocado las gradas pertenecientes a la zona del córner y al sector más al oeste de la planta baja del fondo.
Mientras tanto, la estructura está cerca de alcanzar su cota máxima. Los dos pisos están levantados y sólo falta por construir las bases para las filas de asientos que superan el segundo piso y que serán las filas más altas de la denominada grada familiar.
Una vez alcanzada esa cota máxima, será el momento de colocar la cubierta de malla, que será sujeta por la cercha que ya se colocó durante el verano pasado.
Paralelamente a los trabajos que se están realizando sobre el fondo sur, los operarios también avanzan en la renovación de los accesos a la tribuna principal, en la que la pasada campaña se mantuvieron las escaleras construidas en 1993 o accesos provisionales con el levantamiento de andamios.
Los directores de la obra han trasladado al club que no habrá problemas para cumplir los plazos y que el estadio se podrá abrir con sus cuatro tribunas en la segunda quincena de septiembre cuando, después de disputar los tres primeros partidos de Liga fuera de casa, la Real empezará a competir como local en su campo.
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