Se esperaba con impaciencia a Ansu Fati en Alcorcón. Era una de las grandes atracciones, por no decir la que más, del partido en Santo Domingo, pero los aficionados tuvieron que esperar para verle en acción sobre el césped. A sus 17 años recién cumplidos, entraba por segunda vez en los planes de Luis de la Fuente, que ya lo había citado ‘in extremis’ en el anterior encuentro por la lesión de Carles Pérez En esta ocasión, ya sí, había entrado por la puerta grande de la convocatoria, por lo que se esperaba que fuese titular. Sin embargo, no fue así. El seleccionador apostó por Alejandro Pozo (Sevilla) como extremo izquierdo -la banda derecha estaba reservada a Ferran Torres (Valencia)- por lo que no fue hasta el inicio de la segunda parte cuando entró al campo ocupando la vacante y la posición de Pozo.
No se le vio cómodo en sus primeros compases. Por detrás suyo Pedrosa (Espanyol) le comía el terreno con sus constantes internadas por la banda, por lo que tuvo tendencia a irse hacia el centro. Pero a partir del minuto 70 empezó a aparecer con peligro. Empezó haciendo un caño a Seramifov al borde del área. El macedonio no tuvo más remedio que agarrarle de la camiseta para impedir que se fuera, viendo la tarjeta amarilla. La falta la lanzó el propio Ansu Fati, pero el balón se le fue por encima del travesaño.
Su segunda aparición fue una caída dentro del área, por la que reclamó penalti -no fue concedido-, aunque dejó para el final lo mejor de su repertorio. En el minuto 84 se sacó de la chistera un espectacular pase. Tras recibir el esférico, lo puso al primer toque por encima de dos defensas, dejándolo a los pies de su compañero Andrés Martín. Este no pudo superar al portero, pero la asistencia quedará ya para la posteridad.
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