Alemania permitirá que unos 130,000 residentes extranjeros regularicen su estatus migratorio y creará nuevos incentivos para que trabajadores calificados vengan del extranjero en medio de una escasez de mano de obra sin precedentes que está contribuyendo a una inflación en espiral.
La nueva ley de inmigración, la primera de tres planificadas para el próximo año, se produce cuando las demandas salariales alcanzan niveles no vistos en décadas y cuando los gigantescos grupos de ingeniería que impulsan la economía más grande de Europa piden más inmigración.
“Queremos crear una ley de inmigración moderna”, dijo el miércoles la ministra del Interior, Nancy Faeser.
A fines del año pasado, se estimó que a la economía alemana le faltaban unos 400,000 trabajadores, y los cuellos de botella no han hecho más que crecer desde entonces.
Anteriormente, el fabricante de componentes para automóviles Continental instó al gobierno a idear un proceso para la inmigración “gestionada” de trabajadores calificados, y agregó que necesitaba 2.500 personas nuevas cada año y enfrentaba escasez de software y logística especialmente.
Foto: Reuters
En otra indicación de la creciente presión de los costos, los sindicatos de Volkswagen exigieron un aumento salarial del 8% para los trabajadores.
Según las nuevas reglas, las personas que han vivido en Alemania durante cinco años con un estatus “tolerado”, generalmente personas cuyas solicitudes de asilo han sido rechazadas, tendrán un año para cumplir con los requisitos para la residencia completa al encontrar un trabajo y demostrar que hablan alemán, y acreditar su identidad.
Los jóvenes menores de 27 años, bajo ciertas circunstancias, podrán solicitar la residencia permanente después de solo dos años.
La ley también intentará hacer de Alemania un destino más atractivo para los inmigrantes al facilitar que los trabajadores extranjeros traigan a sus familias. En particular, se eliminarán los requisitos del idioma alemán para los miembros de la familia acompañantes.
La coalición que asumió el cargo a fines del año pasado prometió una revisión radical de la anticuada política de inmigración del país. Se planean dos paquetes futuros que introducirán un sistema de entrada basado en puntos para trabajadores extranjeros y facilitarán la obtención de la ciudadanía.
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