Antetokounmpo, otro que se apunta a la orgía anotadora: ¡55 puntos!

Antetokounmpo, otro que se apunta a la orgía anotadora: ¡55 puntos!

La envidia es muy mala. O no. Corre como la pólvora por la NBA una serie de ataques encadenados de celos, en el que a uno le domina un deseo desenfrenado por hacer lo que ha hecho el otro. El que empezó, el más ‘niño, el más travieso, un Luka Doncic que vaya ocurrencia que tuvo. Sólo así se puede explicar que, en sólo dos noches, apenas cuatro días después de lo del esloveno, haya pasado lo que ha pasado, los 71 tantos de Donovan Mitchell y los 54 de Klay Thompson en la madrugada de ayer. Los 55 en esta última del poderoso e impetuoso Giannis Antetokunmpo, que cuando desata su furia para liberar todo su talento lo arrasa todo. Lo gozaron los Milwaukee Bucks, lo sufrieron los Wizards (123 – 113).

Por más que haya impresionado, jamás se había visto un ‘Anteto’ así, récord de anotación para el griego a sus 28 años, otro que iguala un récord de Wilt Chamberlain, primero desde 1964 que suma tres choques seguidos con por lo menos más de 45 tantos, 15 capturas y 5 pases de canasta, aunque lo que más choca es que jamás en la NBA se habían dado cuatro anotaciones como las mencionadas en cuatro días según datos de OptaStats. Pero, a juzgar por su seria expresión ante los periodistas, parecía simplemente que había sido un día más para ‘Anteto’. Porque él no se conforma con una noche loca. Quiere algo duradero como LeBron James.

“Quiero hacer como LeBron”


Giannis Antetokounmpo

“Compito conmigo mismo cada noche, sólo intento ser consistente. Al final del día siempre hay algún jugador que va a hacerlo fantástico. Pero hay chicos como LeBron que lo han hecho fantástico desde 2003 y yo quiero ser como unos de esos jugadores, no quiero ser alguien de una noche y que no importe los siguientes dos o tres meses. Quiero hacerlo cada noche. Pienso que me pongo en la posición para poder hacer esto”, explicó el pívot. 

Puede que no fuera envidia, que, simplemente, estuviera enfadado el griego, pacífico pero que cuando tiene el pronto lo tiene. No le habría hecho ninguna gracia que la noche anterior, en su ausencia y contra el mismo rival, su equipo encajara un sonrojante 95-118 ante los propios Wizards y también en casa. Y, más que llegar, irrumpió con un portazo para ponerlo todo en su sitio, 20/33 en tiros de campo, 10 rebotes, 7 asistencias y hasta un 15/16 en esos tan atravesados tiros libres este curso.

Imperó sobre todo el heleno en la segunda parte con 31 tantos ante las pretensiones de Kristaps Porzingis y su equipo de subírsele a las ‘barbas’, llegando a ponerse 95-93 a principios del segundo cuarto en un partido que ganaban los Bucks de 14 al descanso (63-49). Como hacen los jugadores diferentes y diferenciales ahí, en los últimos 12 minutos, es donde apretó más Antetokounmpo, con 19 puntos. El anterior máximo del griego estaba en los 52 tantos que le endosó a los Sixers en 2019.

Aunque eclipsado, ‘banal’ todo lo demás ante semejante furibundo griego del pacífico pero ultracompetitivo ‘Anteto’, y eso que, Brook López, mejor ayudante del pívot con 21 puntos (10/13 en lanzamientos), asestó 6 tapones, mientras que Serge Ibaka se quedó sin jugar por decisión técnica. En los Washington, lideraron la anotación Porzingis con 22 tantos (7/13 en TC), además e 9 rebotes y 4 asistencias, y Kyle Kuzma, 20 tantos pero con un irregular 10/28 en lanzamientos, un 35% cuya comparación resulta odiosa con el monstruoso 60% de ‘Anteto’, quien ya venía ‘calentando’ para esta ocasión con actuaciones de 45 puntos contra Cavaliers y Bulls y 43 ante Timberwolves los últimos días de diciembre.

Y con este ataque de envidia seguido por Giannis se desmonta, por si alguien se lo creía, el mantra de que las estrellas no están pendientes lo que hacen una de la otra según ellos, que si hay que ir día a día, que si lo importante es el equipo… cháchara de la barata. Pero ante tal orgía anotadora no sólo sienten placer los fetichistas de la NBA sino que se relamen los detractores que permanecen al acecho para proclamar aquello de que en la mejor liga del mundo “no se defiende”. La ilusión del caviar para siempre o el riesgo de que lo excepcional, de tantas veces que se da, se convierta en lo corriente, en lo normal. Juzguen por ustedes mismos.




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