Antonio Banderas, el capitán que llevó los Goya de la pandemia a buen puerto

Cuando el pasado verano Antonio Banderas (Málaga, 60 años) aceptó el reto de presentar y dirigir la 35ª edición de los premios Goya, la que antes del advenimiento del coronavirus se iba a celebrar en Valencia, la junta directiva de la Academia del Cine, de donde surgió la llamada con el requerimiento, debió de respirar aliviada. La gala había encontrado a un capitán que este sábado por la noche la llevó a buen puerto. Aunque por medio tuviera que afrontar hasta la covid-19: el actor dio positivo el mismo día en que cumplía 60 años, el 10 de agosto. A cambio, tuvo tiempo, ya que se iba a celebrar en su teatro Soho Caixabank, de realizar pequeños miniensayos de forma indirecta: allí grabó Escenas en blanco y negro, un programa musical para Amazon Prime Vídeo, que sirvió al final también para preparar el local como si fuera un plató televisivo.

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Por eso, la ceremonia iba ya muy avanzada cuando Banderas, María Casado (codirectora y copresentadora de la gala, y responsable de la productora de televisión del teatro Soho) y Mariano Barroso, presidente de la Academia, anunciaron el 2 de febrero que los Goya serían híbridos, con los 166 nominados en sus casas conectados con 138 equipos. El escenario solo lo pisarían los artistas invitados, los 40 que abrían los sobres entregados por el notario donde aparecía el nombre de los galardonados, los técnicos, Barroso, Banderas, Casado y Ángela Molina.

Más allá de los enormes camiones, de las unidades móviles de TVE y del ir y venir del personal técnico, el Teatro del Soho ha sido un búnker en las últimas semanas. Desde que los equipos aterrizaron en Málaga el pasado 22 de febrero, apenas se ha visto a los trabajadores salir para hablar por teléfono o fumar un cigarro. El interior del espacio escénico estaba cerrado a cal y canto a miradas ajenas. Primero, para evitar que se desvelaran detalles de la gala (aunque apenas hubo sorpresas, casi todas habían sido desveladas en los días previos). Segundo, por las fuertes medidas sanitarias que han marcado a esta edición, con PCR constantes. “Tenemos la nariz así”, decía el propio Antonio Banderas esta semana en una charla en Twitter.

“Ha sido muy difícil, ha habido que ir improvisando prácticamente desde el inicio. Desde junio hemos tenido 10, 12, 15 galas”, subrayó Banderas en la noche del sábado minutos antes del inicio de la ceremonia. Efectivamente, la ceremonia ha ido variando en función de los mandamientos sanitarios y en debate con la Comisión de los Goya de la Academia de cine. Ha sido el núcleo de la productora que el malagueño creó para poner en marcha Teatro del Soho Televisión el que ha llevado el peso de la organización, eso sí, con la constante dirección de Banderas, muy pendiente de cualquier detalle y con María Casado como mano ejecutora.

El miércoles comenzaron las grabaciones de las actuaciones musicales: Nathy Peluso, Vanessa Martín, Diana Navarro y Aitana. La Orquesta Sinfónica de Málaga acompañó toda la noche la gala y también el alumnado de la Escuela Superior de Artes Escénicas de Málaga (Esaem), muy ligada a Banderas. El viernes se realizó un ensayo general con la participación de todos los nominados que no fue tan bien como se esperaba debido a la complejidad técnica. Ese día Banderas entendió que en el arranque no funcionaba una actuación que él mismo había anunciado en un encuentro digital: no habría coro infantil. Como director vio que necesitaba que la gala fluyera más rápido.

Hubo más cambios, obligados por la covid-19 de algunos de los entregadores, que fueron sustituidos en los últimos días. Entre otras dificultades añadidas, el protocolo exigía dos personas máximo por cada vehículo (por lo que han tenido que usar muchos más coches que en otras ocasiones). Todo el equipo y participantes en la gala aportaron una PCR negativa 72 horas antes de la gala. Y no hubo excepciones, cuentan desde la realización de la gala. Han trabajado con muchos modelos diversos de programa. “Pero siempre con el objetivo claro de que la gala tenía que celebrarse, fuera de la forma que fuera. Y si hubiéramos tenido que limpiar las estatuillas mil veces, pues se hubiera hecho”, dicen fuentes de la organización.

El 2 de febrero, Banderas ya contó que habría vídeos de estrellas mundiales apoyando el cine español. Y cumplió con creces: Monica Bellucci, Julianne Moore, Benicio del Toro, Mélanie Laurent, Laura Dern, Halle Berry, Mel Gibson, Mahershala Ali, Emily Blunt, Al Pacino, Emma Thompson, Glenn Close, Naomi Watts, Matthew McConaughey, Dustin Hoffman, Margot Robbie, Robert de Niro, Alejandro González Iñárritu, Guillermo del Toro, Charlize Theron, Lupita Nyong’o, Gael García Bernal, Helen Mirren, Sylvester Stallone y Tom Cruise, entre otros. Muchos, de su propia agenda; otros, a través de amigos. Que eran cosa suya se notó en el mensaje de audio que envió Barbra Streisand, que comenzaba con un “Hola, Antonio” en inglés. También en febrero desveló que su monólogo inicial recordaría que el teatro Soho se levanta en el solar en el que estuvo el cine Pascualini, inaugurado en 1907. Tras su destrucción por una bomba durante la Guerra Civil en 1937, se volvió a levantar y tras un incendio en 1988 se levantó el Teatro Alameda, que estuvo abierto hasta 2018 (con cine, teatro, música y también era uno de los espacios del festival de cine de Málaga). Como decía el cineasta, “un ejemplo de una clave muy simple para afrontar la vida: caer y levantarse”.


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