Jokin
Aperribay ha aterrizado en Hondarribia con la satisfacción del deber cumplido y, tras “vivir estos días con mucha emoción”, con la sensación de que “se ha rejuvenecido
una
alegría ya que los menores de 40 años no se acordaban de lo que era un título de la Real y este era el partido que había que ganar”. El presidente de la Real ha asegurado que no se ha parado a pensar en qué supone ser el máximo mandatario que ha vuelto a hacer campeón al conjunto txuri urdin pero sí ha contextualizado el éxito en clave ambiciosa. “Nadie está dispuesto a esperar otros 34 años para celebrar otro título. Debemos seguir por este camino para merecer ganar que es lo que nos llevará a tener oportunidades e intentar aprovecharlas”, ha señalado en el aeropuerto nada más aterrizar.
Aperribay ha confirmado que han hablado con las instituciones y que “no va a haber celebración, tendremos un encuentro en privado con las autoridades”. El presidente ha señalado que “nos encantaría ir a Alderdi
Eder, a la Plaza de Gipuzkoa y a dar una vuelta con la Copa por todos los sitios” pero no será posible. Es la cara negativa del triunfo copero, al igual que “la pena de que la gente no haya podido ir. La celebración hubiese sido histórica”, ha suspirado el empresario debarra que, en cualquier caso, sabe que “el comportamiento de la gente en Donostia fue extraordinario y tenemos que felicitarles”.
Con cara de cansado tras una noche larga en la que para cuando se puso a cenar “eran las dos y media”, Aperribay ha dicho que vivió el partido con “más emoción que nervios” y piensa que la Real hizo un encuentro en el que “el balón estaba donde quiso la Real. El partido estuvo controlado, el Athletic no pudo hacer los contraataques con la fuerza que los hace”. Para volver a disfrutar de la victoria, el máximo mandatario realista verá la final “a la tarde con mis hijos, tranquilo, para celebrarlo otra vez”.
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