La piel es uno de los órganos más delicados, ya que está constantemente expuesto a los factores ambientales y a los posibles daños del entorno. Sin embargo, también hay cuestiones internas que afectan a la piel. Por ejemplo, el estrés puede tener consecuencias en su aspecto. No obstante, con una rutina adecuada podemos paliar los efectos que la tensión o la ansiedad puede tener sobre las zonas más sensibles de nuestro cuerpo como el rostro.
El estrés emocional, al que todos en menor o mayor medida estamos expuestos, hace que bajen nuestras defensas cutáneas. Esto provoca que se produzcan procesos inflamatorios, así como a la producción de adrenalina y cortisol. Aunque un aumento de secreción de cortisol ayuda a afrontar estados de nerviosismo y ansiedad, la producción masiva de esta hormona puede conllevar, a corto plazo, problemas en la piel como dermatitis o acné, y empeorar condiciones persistentes como la psoriasis o la rosácea.
A esto hay que añadir que cortisol produce efectos negativos a largo plazo. Por ejemplo, acelera el envejecimiento cutáneo, ya que descompone el colágeno y la elastina que están presentes en la piel de manera más rápida lo que, inevitablemente, desemboca en una prematura aparición de arrugas.
Por su parte, la ansiedad provoca la destrucción del ácido hialurónico, encargado de mantener la piel hidratada, y daña la parte del ADN celular que se encarga de gestionar el envejecimiento de las células. De esta manera, nuestra piel sufre un sinfín de efectos negativos provocados por nuestro estado emocional y donde más se ven reflejados es en la cara.
Sin embargo, combatir los efectos del estrés en la piel es posible gracias a la neurocosmética. Esto es lo que plantea Facialderm desde donde, conscientes de los efectos de las emociones en la piel, ofrecen una línea de productos combinables entre sí.
Productos que aportan numerosos beneficios a nivel dermatológico, gracias a su formulación rica en neurophroline, un activo antiestrés que se extrae de la tephrosia purpurea, una planta nativa de La India que tradicionalmente se utiliza en la medicina ayurvédica.
El neurophroline actúa mediante el bloqueo o la reducción de los efectos negativos del estrés cutáneo y mejora el aspecto y la salud de la piel. En este sentido, Facialderm plantea el Sérum Booster 01 Lifting & Antiestrés, como tratamiento de choque para las pieles fatigadas, que necesitan un aporte de energía adicional que les permita recuperar, en pocos días, su equilibrio natural. Es ideal para esta época del año en la que las bajas temperaturas castigan la piel.
Como complemento al sérum, la crema anti-edad para piel normal/seca está formulada con activos hidratantes, antioxidantes, regeneradores y calmantes. Para un mejor efecto de estos productos, el roller facial, compuesto por dos cabezas circulares cubiertas con aleación de zinc, activa la estimulación a niveles celulares, mejora la producción de colágeno natural y elastina y te ayuda a darle al rostro un efecto lifting.