Aprender canciones en árabe y versículos del Corán: la infancia de Kate Middleton en Jordania


Cuando Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton publicaron, hace unos días, la imagen oficial de su tarjeta de Navidad de 2021 se les vio posando sobre suelo jordano, un escenario llamativo y especial, pero distinto al esperado por los que ya conocen la tradición. La atención que ha despertado la fotografía nace de un cambio de costumbres: los duques siempre han sido retratados en su casa de Anmer Hall, en Norfolk, o en el propio palacio de Kensington. La sesión se suele tomar durante un momento de descanso dentro de un entorno tranquilo para la familia, con el fin de mostrar una imagen natural. Sin embargo, a pesar de lo que pueda parecer desde el desconocimiento, la piedra rojiza de Jordania es más que familiar y significativa para Kate Middleton, que pasó allí parte de su infancia. Tanto, que ha llevado a sus tres hijos a conocer el preciado lugar en un viaje secreto que realizaron juntos a principios de año, un dato que no se ha revelado hasta que los duques de Cambridge se han visto obligados a dar explicaciones a los más curiosos.

Mucho antes de que Middleton se casara con el príncipe Guillermo y se convirtiera en la futura reina consorte de Inglaterra, fue una niña que creció felizmente en el extranjero con sus padres, Carole y Michael Middleton, y su hermana Pippa. Algunos de sus primeros años transcurrieron en Jordania. Michael Middleton estuvo trabajando para British Airways entre 1984 y 1987, por lo que toda la familia se unió a él en la capital jordana de Amán por trabajo. La pequeña Kate asistió durante dos años y medio a una guardería de Assahera de habla inglesa —una de las escuelas preescolares con una de las tarifas anuales más elevadas de la zona, según confirmaba en 2018 la revista Hello!—, pero antes de regresar al Reino Unido consiguió establecer a su temprana edad una conexión especial con los lugareños y su cultura.

Inició su educación aprendiendo las formas y colores en inglés a los dos años, pero no fue el único conocimiento que absorbió. Además de las características de su cultura natal, aprendió a cantar el tema infantil Incy Wincy Spider en árabe, escuchó algún que otro versículo del Corán, disfrutó de los desayunos a base del hummus y el queso típicos de la zona, y dio de comer a los animales que paseaban a sus anchas por el centro, entre los que se encontraban patos y conejos, rodeada de otros compañeros de todas las nacionalidades del planeta. Estos datos se conocen gracias a la visita de Guillermo de Inglaterra a Jordania en 2018, donde reveló que su mujer estaba “muy decepcionada” por no haber podido visitar ese año el país junto a él. Tras su viaje, la fundadora de la guardería —que ahora permanece cerrada—, Sahera al Nabulsi, habló en una entrevista para The National UAE sobre la experiencia de la duquesa.

Guillermo de Inglaterra junto al príncipe Hussein de Jordania visitando la ciudad de Gerasa en 2018.Ian Vogler/Daily Mirror (GTRES)

“La rutina de cada mañana era tener a todos los niños sentados en círculo para cantar tanto en inglés como en árabe”, aseguró entonces Nabulsi. “Leíamos un versículo del Corán para que los niños, incluida Kate, mejoraran su árabe, y contábamos historias sobre los compañeros del profeta, como Omar Bin Khattab. La idea era reforzar conceptos como el respeto y el amor”, explicó, con el fin de resumir los objetivos de estas enseñanzas. “Los niños extranjeros también aprendían palabras en árabe. El profesor solía preguntar cosas como: ‘¿Quién viste de rojo hoy?’, para que los niños reconociesen los colores”. Entre esos niños se encontraba la pequeña Middleton que, tal y como su actual marido aseguró en su visita a Jordania, “recuerda junto a su familia con cariño los felices años que pasó [en el país]”.

La entonces pequeña Kate formó parte de una clase de 12 niños en la que también había otros jóvenes británicos, jordanos, estadounidenses e indios, entre otras nacionalidades. La escuela celebraba tanto la Navidad, cuando la maestra Nabulsi se disfrazaba de Papá Noel, como el Ramadán, cuando los profesores tocaban el tambor para entretener a los niños. Dos veces al mes, Kate y sus compañeros de clase realizaban viajes escolares a lugares de interés cercanos, incluido el Centro Cultural Haya. “El padre de Kate solía recogerla a veces en su uniforme de trabajo y los niños se emocionaban mucho y corrían para verlo”, aseguró la que una vez fue maestra de la duquesa de Cambridge. “Pero la mayor parte del tiempo era su madre la que la recogía. Y siempre llegaba a tiempo”, puntualizó Nabulsi.

La experiencia llegó a su fin para los Middleton tras dos años, cuando regresaron a Berkshire en 1986. Su estancia en Jordania fue breve, pero supuso un momento feliz para la familia al completo, un punto de inflexión vital, ya que incluso se menciona en la biografía de la duquesa de la página web de la familia real británica.


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