Diego Martínez afronta una de los retos más apasionantes de su vida, ‘construir’ y liderar un nuevo Espanyol y reenganchar a una afición perica ‘hambrienta’ de alegrías y de objetivos ambiciosos. El foco mediático recae sobre el nuevo técnico blanquiazul que ha ilusionado a la parroquia pero él lo esquiva, haciendo hincapié en que “la única estrella aquí es el equipo”
– Hace ya casi dos meses que se convirtió en el nuevo entrenador del Espanyol ¿qué es lo que más le ha sorprendido de su nueva ‘casa’?
Lo que más me gusta es que la ilusión se ha acrecentado, tanto en mí como en el equipo técnico. La relación con los jugadores en el día a día está siendo magnífica porque percibo esa ilusión y ganas de hacer cosas juntos. Y por otra parte la dimensión de este club. Desde fuera ya sabes que es un histórico, un gran club, pero una vez dentro te das cuenta que la dimensión del club en cuanto a sentimiento, seguimiento y la importancia social que tiene es algo importante para mí. Se ha reforzado y crecido aún más si cabe pues lo estoy viendo en el día a día.
– Cómo se reengancha a la afición perica tras un final de Liga con más desencanto que otra cosa? ¿Cómo visualiza el primer partido en casa?
“Me lo imagino ganando, pero para visualizar prefiero primero el de este viernes ante Las Palmas. El fútbol es presente. Y un matiz, dos no discuten si uno no quiere. Vamos a hacer por entendernos todos que es lo más importante. Ahora sí que creo que somos nosotros como equipo los que tenemos que dar ese primer paso de mostrar, contagiar y ser firmes en nuestra idea de intentar transmitir en cada partido, en cada entrenamiento que es especial vestir esta camiseta y representar a este club. Eso debe partir de nosotros y luego todo viene de vuelta. Como demostró la afición el sábado ante el Montpellier, estando una hora antes en la Ciudad Deportiva y a pleno sol en un tremendo día de playa. Estuvo allí. Eso tiene que ver con el gran sentimiento perico que hay. Si nosotros transmitimos esa ilusión que veo en el día a día, la afición nos lo va a devolver. La afición nos retroalimenta. Nosotros con ellos, hacemos muchas cosas más y mejor.
– ¿Fue un aviso a la directiva cuando dijo al acabar el amistoso que el equipo estaba por construir? Faltan fichajes…
“No. Expresamos un sentir de todos, club, dirección deportiva, equipo. El mercado está como está para todos los clubs y nosotros tenemos la realidad que tenemos y a partir de ahí, los ‘timing’ no los elegimos nosotros. Tenemos los pasos claros y lo que nos gustaría construir, pero luego hay unos procesos y unos ‘timing’ y no todo depende de nosotros. No fue un aviso, sino un comentario de nuestra realidad con naturalidad y claridad. Todos somos conscientes de ello”.
– Muchos aficionado sueñan con una delantera formada por RDT y Joselu. Pero también cruzan los dedos. ¿usted también por si vuela el pichichi?
“El equipo tiene que ser la estrella y cuantos mejores jugadores tengamos que aporten, mucho mejor. Y cuantos más partidos seamos capaces de ganar, mejor. El equipo es la estrella. Si nombras a un jugador, se quedan fuera muchos otros también muy significativos”.
– Tras un reportaje que le hizo un compañero de basket de este diario, me comento que usted no parecía un entrenador de fútbol. ¿Un rara avis?
“No me veo así, al contrario, me apasiona el juego. Lo que ocurre es que gusta empaparme de cosas que considero buenas o me intento inspirar en los mejores. Y entiendo que el mundo del baloncesto tiene profesionales extraordinarios”
– Usted dijo que si nos agarramos únicamente al ‘Big Data’, Soldado no hubiera llegado al Granada. ¿Podría darse un caso así en el Espanyol?
“Vamos de la mano con la dirección deportiva en todo. Toda nuestra gran intención es hacer unas raíces sólidas, fuertes y construir un buen proyecto a corto o medio plazo. Un proyecto que sea reconocible, consistente y que genere conexión. Eso es lo que buscamos. Y vamos tomando decisiones, no tanto las que te gustaría tomar, sino las que puedes ir tomando en función de las circunstancias. No todo depende de nosotros, nuestra postura en el mercado nos guste o no, es más reactiva que proactiva. Y hay que aceptarlo como tal. Pero también tenemos otras cosas muy buenas como unos jóvenes que viene apretando fuerte, un grupo de jugadores que permanece, un cambio generacional y que necesitan dar ese paso adelante en cuanto a liderazgos. Tienen claro todos qué hay que hacer para seguir mejorando, siempre en clave colectiva”.
– Una de las claves para manejar un vestuario es la emoción dijo usted, unido al hecho de que la estrella es el equipo. El Espanyol de Rubi reunía esas condiciones y llegó a Europa. ¿Se mira en ese equipo?
“Nosotros partimos de cero. Respetamos y admiramos a todos los Espanyol que hubieron antes, el de Rubi, Pochettino, Valverde, Camacho, Lotina, etc. Respetando esa idiosincracia y cogiendo ese testigo, queremos escribir nuestro camino y pintar nuestro cuadro a nuestra manera. Lo que sí me gustaría es que este proyecto que estamos iniciando vaya más allá de un resultado o de una clasificación. No hay que hacer castillos en el aire, creo que eso es muy importante. Hay que centrarse en hacer el mejor equipo que podamos, que conecte y nos identifique. Ser competitivos, que emocione a la afición y que eso nos lleve a nuestra mejor versión y ya veremos dónde nos lleva. Creo en un proceso que se construya desde la estabilidad y una buena raíz. Somos muy optimistas y ambiciosos en el día a día. Llegarán emociones y momentos muy buenos si damos nuestra mejor versión cada día. No tiene nada que ver con un objetivo concreto de clasificación”
– ¿Usted quiere echar raíces y quedarse en el Espanyol?
“Eso es lo que me gustaría y para eso estoy aquí, para construir algo. Luego el fútbol tiene muchas circunstancias que no manejamos.Una de las razones que me trajo aquí fue poder construir algo sólido, firme y consistente. Ojalá tengamos ese tiempo y el acierto que se necesita para alimentar el proceso. Un ‘sí ‘ rotundo a querer echar raíces”.
– ¿Qué es lo que más le gustó del primer amistoso y que cree que le falta al equipo?
“La intención y la actitud fueron muy buenas. Pero hubo muchos desajustes que hay que precisar muy bien, errores no forzados, normales a estas alturas de la pretemporada. Y ser capaces de mantener la concentración en los detalles y sostenerla durante todo el partido. Eso es lo más difícil, más allá de encajar las incorporaciones que vengan. Estaremos en tiempos distintos y eso requiere un tiempo de adaptación. Pero por un partido no se pueden sacar conclusiones. En mi tierra dicen, ‘una mosca no hace verano”-
– Puede ser Darder su prolongación en el campo?
“Yo quiero que el equipo sea mi prolongación en el campo, sin nombres propios. A mí me gustaría sacarles a todos su mejor versión. Si todos dan una buena versión pero como equipo, la individual va a crecer, esa es la idea. Pero sin duda quiero jugadores de es nivel extraordinario conmigo”
– Una fuerte mentalidad para gestionar malas rachas es vital en su vestuario?
“Sería muy bueno que supiéramos gestionar la victoria y la derrota de una forma más inteligente, más equilibrada. Que no haya tantos picos emocionales”
– Era usted un ídolo en Granada y se marchó. ¿Ese techo tan alto le da vértigo ahora y ganas de repetir aquella sensación?
“No tiene nada que ver. Aquello fuimos felices durante 3 años increíbles, más allá de resultados deportivos. Esa es otra etapa. Ahora estoy ilusionado con construir algo nuevo desde cero y en base a nuestras creencias de vincularnos como equipo. Es distinto y ojalá se acaben dando los mejores resultados posibles. Quiero plantar unas raíces sólidas, ilusionantes pero sostenibles en el tiempo. Esa es la idea y va más allá de un resultado, una clasificación”
– Empieza el Espanyol en Vigo, su ciudad. ¿Más especial?
“Es especial sobre todo para mi familia. Para mí lo es porque será mi primer partido con el Espanyol y el destino me ha llevado a mi ciudad natal. Es un guiño del destino y lo interpreto así. Me han pasado algunas así. El primer partido que gané en Primera División fue en el RCDE Stadium. Recuerdo que dije, ¡qué estadio más bonito!. Y la vida me ha traído aquí”.