Varias mujeres con teléfonos móviles en Al Madinah, en Arabia Saudí, en diciembre de 2019.ERIC LAFFORGUE (Getty)
Una mujer saudí, Salma al Shehab, ha sido condenada a 34 años de cárcel en país por sus mensajes en Twitter, en la mayor pena impuesta hasta ahora en el Reino del Desierto por expresar opiniones “pacíficamente”, según han denunciado organizaciones regionales de defensa de los derechos humanos. “El 9 de agosto, el Tribunal Penal Especializado de Apelación emitió una sentencia de 34 años de prisión contra ella, además de prohibirle viajar al exterior durante un periodo similar tras cumplir su sentencia”, aseguró en un comunicado el centro del Golfo para los Derechos Humanos (GCDH). “Esta injusta sentencia tiene que ver solo con sus actividades pacíficas y civilizadas en Twitter”, añadió la ONG.
El GCDH destacó que esta es la “condena más dura que ha recibido nunca un activista pacífico” en Arabia Saudí, donde son habituales las condenas a tuiteros y otros usuarios de las redes sociales por expresar sus ideas en ellas. Esta organización indicó que Al Shehab, de 34 años, utilizaba su cuenta de Twitter “en particular para mostrar su creencia en la justicia de la causa palestina y para defender a prisioneros de conciencia”. Además, tuiteaba regularmente mensajes en favor de la igualdad de los derechos de la mujer en Arabia Saudí.
Salma Al-Shehab, en una fotografía sin datar.ESOHR /European Saudi Organisation for Human Rights
La mujer tiene dos hijos y preparaba su doctorado sobre salud bucal en la ciudad británica de Leeds hasta el 15 de enero de 2021, cuando fue arrestada al viajar a su país para pasar las vacaciones con la familia. Estuvo detenida varios meses, durante los cuales sufrió malos tratos y no se le permitió contratar a un abogado antes de ser juzgada por un tribunal especializado en delitos de terrorismo que la condenó inicialmente a seis años de cárcel, según los datos de las ONG. Pero en la revisión de la sentencia por parte de un tribunal de apelaciones, la condena se incrementó a 34 años de prisión, con cargos como “desestabilizar la seguridad de la sociedad y del Estado”, “propagar la sedición”, “proporcionar ayuda a quienes buscan perturbar el orden público” o “difundir rumores falsos y maliciosos en Twitter”, indicó el CGDH.
La ONG saudí con sede en Londres Alqst expresó en otro comunicado el temor de que esta condena extremadamente dura sea “el inicio de una nueva tendencia que las autoridades saudíes sigan en los próximos días, como mecanismo para castigar a todos lo que critican sus políticas”, en un contexto de “represión ya excesivamente dura”.
Estados Unidos ha reaccionado este miércoles a la sentencia, al asegurar que está estudiando los detalles del caso. “Ejercer la libertad de expresión para defender los derechos de la mujer no se debe criminalizar; nunca se debe criminalizar”, aseguró el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, a los periodistas.
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El CGDH considera la condena “un mensaje de amenaza e intimidación enviado por el príncipe heredero, Mohamed bin Salmán, que tiene ahora el control del país, a todos los activistas de internet de que este es el destino que espera a quienes usen las redes sociales”. Las organizaciones de derechos humanos han denunciado reiteradamente que Arabia Saudí lleva a juicio y condena como terroristas a activistas, usuarios de redes sociales y críticos en general por expresar sus opiniones.
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