Mikel Aranburu lleva toda una vida en Zubieta. Desde que el excapitán dejara a hombros el fútbol profesional en mayo de 2012, tan sólo estuvo un año fuera de su segunda casa. En ese periodo de reflexión, el ‘11’ supo que tenía que retornar a Zubieta. Dicho y hecho.
Aranburu se volvió a vestir de corto a finales de 2013 pero nunca más para defender la txuri urdin. El centrocampista de la Real pasó al staff técnico del club para que su clase, inteligencia y saber estar sobre la medular no cayera en el olvido. Aranburu instruía a cadetes y juveniles de la Real dos veces por semana, hasta esta temporada, en la que pasará del césped a los despachos no sin antes recorrerse los campos de fútbol de Gipuzkoa. Quizá la sobrepoblación de jugadores para la medular tenga ahora sentido. Zubeldia, Zubimendi, Sangalli, Guevara, Guridi, Gorostidi… Un sinfín de ‘potrillos’ que utilizaron su experiencia para seguir creciendo, aprender aspectos tácticos y técnicos básicos para algún día, como él, poder llegar al primer equipo y ser capitán de la nave txuri urdin.
Captar talento
Ese será su nuevo objetivo dentro del amplio organigrama de Zubieta. Mikel
Aranburu pasa a la unidad de reclutamiento del club junto a Xabier
Lizaso, Endika
Gabiña, Iñigo
Agirrezabala, Fernando
Quintanilla y Xabier
Illarreta para tratar de que el talento joven de la provincia más pequeña de la Península Ibérica acabe en el primer equipo de Gipuzkoa. Los Lagun
Onak, Tolosa, Bergara, Beasain, Aretxabaleta y demás equipos punteros que nutren a la Real tendrán detrás a un nuevo ojeador.
Como novedad, otro excentrocampista txuri urdin como Gorka
Larrea pasa ahora a coordinar el organigrama junto a Mitxel
Badiola. El que seguirá enseñando cómo fabricar goles será Imanol
Agirretxe, que además de seguir a los cedidos instruirá a los más jóvenes en Zubieta.
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