El Gobierno de Argentina dijo el jueves que el dato de inflación anual registrado en febrero, la cifra más alta desde 1991, fue “malísimo” pero insiste en que podrá cumplir con la tasa del 60% de inflación prevista en el presupuesto de este año, dijo la portavoz del presidente.
El mes pasado Argentina registró una tasa de inflación del 6.6% con respecto a enero y del 102.5% con respecto a febrero del año anterior, el dato más alto desde el 115% registrado en septiembre de 1991. En 2022, el país terminó con una subida de precios del 95%.
“El dato de inflación obviamente nos parece malo, malísimo, y además que no era el esperado”, dijo la vocera presidencial Gabriela Cerruti durante una conferencia de prensa.
La portavoz detalló que el aumento de precios estuvo marcado por la sequía -la peor en más de 60 años-, que llevó a incrementos en el precio de la carne de 20 puntos, y por las telecomunicaciones, cuyas tarifas el Gobierno aún no puede regular.
Foto: Reuters
“Esperamos que el plan que había de cómo iba a descender la curva, que tuvo estos problemas, pueda de alguna manera volver a la senda que estaba prevista, indicada, y que lleguemos a eso (al 60% de inflación anual)”, agregó.
Cerruti dijo que “no hay ningún reproche” al ministro de Economía, Sergio Massa, por parte del presidente Alberto Fernández y que ambos conversan permanentemente sobre medidas para contener la inflación, a la que consideró como el principal problema para los argentinos.
Estabilizar los precios es una tarea clave para el Gobierno en un año en el que se llevarán a cabo elecciones presidenciales, en las que se espera que Fernández, cuya popularidad está muy golpeada, busque su reelección.
“Es una situación que el Gobierno entiende que hace muy difícil la vida cotidiana, la previsión, el estado de ánimo con respecto a cómo moverse a partir de que haya estos aumentos”, dijo Cerruti.
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