Un gol de Arnaiz en el tiempo de descuento decantó la balanza para Osasuna y deja muy tocado al Celta en un duelo trepidante y competido a tumba abierta por dos contendientes que jamás especularon y que pudo caer de cualquier lado. La permanencia matemática de los gallegos, condenados a sufrir hasta el final, deberá seguir esperando.
El arranque de la primera parte estuvo presidido por las alternativas y el descontrol, un plan que beneficia a Osasuna aunque el Celta en ningún momento le perdió la cara al envite. En ese ir y venir golpeó primero el cuadro gallego, que aprovechó su mayor arsenal ofensivo para adelantarse en el marcador. Santi Mina embocó con la derecha un gran centro de Aspas desde la izquierda. Aunque el asistente levantó el banderín para señalar fuera de juego, el 0-1 subió al marcador tras validarlo el VAR.
El ‘10’ del Celta interpretó a la perfección que la debilidad de la zaga rojilla se escondía en las dudas de Aridane, que se cargó con una tarjeta amarilla a las primeras de cambio, y a partir de la clarividencia de Rafinha los de Òscar pudieron aumentar la renta en varias aproximaciones.
Mediado el primer tiempo, cuando mayor parecía la zozobra de Osasuna, llegó una acción soberbia cocinada entre Estupiñán y Enric Gallego para poner el empate en el marcador. El carrilero ecuatoriano puso un centro tenso y preciso al segundo palo para que el catalán conectara un cabezazo inapelable (24’).
El ritmo, lejos de reducirse, aumentó en el segundo tiempo, pues el Celta salió dispuesto a ir a por una victoria que certificara matemáticamente su permanencia y Osasuna, que ya ha hecho su trabajo, no bajó el pistón para convertir el choque en una batalla a tumba abierta. En el festín de idas y venidas se rompió el partido y se sucedieron las ocasiones. Ahí crecieron los porteros, especialmente el joven Iván Villar, pero el que brilló con luz propia fue Estupiñán, un puñal incontenible en el costado izquierdo por el que pasó todo el torrente ofensivo de Osasuna. La salida de Rafinha y Fran Beltrán restó continuidad y control a los ataques celestes y los rojillos lo aprovecharon para ir a por el partido.
Ni siquiera el carrusel de cambios rebajó la intensidad del duelo, resuelto en el añadido con un cabezazo de Arnaiz tras un centro de Oier que premió la mayor ambición de Osasuna y castigó de manera muy cruel el conformismo del Celta en los minutos finales.
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2- Osasuna: Herrera (3); Roncaglia (1) (Nacho Vidal, 67’), Aridane (2), David García (2), Estupiñán (3); Roberto Torres (2) (Barja, 2), Oier (2), Brasanac (2) (Moncayola (2), 84’), Íñigo Pérez; Adrián (1) (Arnáiz (3), 67’) y Enric Gallego
1- Celta: Iván Villar (2); Hugo Mallo (1), Aidoo (2), Araujo (3), Saenz (1) (Nolito, 46’), Olaza (2) (Brais Méndez, (2) 84’); Fran Beltrán (2) (Bradaric, (2) 66’), Youkuslu (2); Rafinha (2) (Kevin Vázquez (2), 66’); Aspas (2) y Santi Mina (2) (Juan Hernández (1), 72’)
Goles: 0-1, Santi Mina (11’); 1-1, Enric Gallego (24’); 2-1, Arnaiz (92’)
Árbitro: Pizarro Gómez (C. Madrileño). Amarillas: Aridane (3’), Saenz (19’), David García (48’), Rafinha (59’)
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