Lo de Arnau Martínez y su historia con el Girona no lo hubiese predicho ni el mejor vidente. El carrilero diestro parece haber subido a una nube de la que no está dispuesto a bajar.
Lo logrado desde que llegó a la entidad rojiblanca en categorías inferiores parece no tener límites. La realidad es que Arnau llegó tras pasar algunos años en la cantera del Barça y, lejos de pensar que llegar a Girona sería dar un paso atrás en su carrera deportiva, demostró que dio muchos pasos hacia delante. Tantos, a veces, que escaló hasta la nube que hasta día de hoy parece sostenerle.
Debutó con el primer equipo en Segunda División con tan sólo 17 años, en edad de juvenil. Ese logro le condujo a otro, a otro y así sucesivamente hasta lograr ser el jugador revelación del conjunto gerundense durante la pasada campaña, así como lograr un gol que valió la consolidación del ascenso a Primera en la final del play-off.
El gran saltó a la élite llegó para el defensor de 19 años, con las responsabilidades que ello conlleva. La zancada de la nube de plata a la de oro requiere una gran técnica de zancada y salto. Sin embargo, Arnau parece estar dotado para permanecer en ella sin apenas necesitar trampolín. Unas molestias lo apartaron de tener minutos durante los dos primeros encuentros, aunque la afición gerundense puso en duda la capacidad que tendría Arnau para asentarse en la nueva categoría.
Pues bien, tres encuentros disputados y dos goles. Ambos en las dos últimas jornadas y frente a rivales de talla europea, Betis y Real Sociedad. Todas ellas por el sacrificio ofensivo y por el carácter que tanto le ha caracterizado y, en consecuencia, le ha llevado a la nube en la que está. El primero definiendo con alto sosiego frente a Rui Silva. El segundo, rematando de cabeza con el alma, a pesar de su metro ochenta de estatura.
Arnau parece no tener techo, y aunque tenga muchas cosas que mejorar por su temprana edad, parece ser un jugador que dará muchas alegrías a su afición y, quien sabe si más adelante, de un buen número de caja en las arcas de Montilivi. Por ahora, Arnau y el Girona parecen tener una relación inquebrantable.