Arrimadas defiende su liderazgo con autocrítica y el cese de sus escuderos


Inés Arrimadas salvó este lunes la reunión extraordinaria de la ejecutiva de Ciudadanos tras el fracaso de la operación para sacar del poder al PP en Murcia con la asunción de errores y la destitución de sus dos principales escuderos: los vicesecretarios generales Carlos Cuadrado y José María Espejo. La cita registró, sin embargo, momentos de mucha tensión por la dimisión del líder en la Comunidad Valenciana, Toni Cantó, que reclamó el cese de toda la cúpula. “¿Para esto hemos venido aquí?”, se quejó Cantó. “Toni, salgamos a hablar fuera”, le pidió Arrimadas.

Toni Cantó llevaba la “voladura preparada”, según varios asistentes a la ejecutiva de Ciudadanos, y no dio oportunidad a llegar a ningún acuerdo. Hasta el punto de que terminó levantándose y saliendo de la sala en la que se celebraba la reunión de la cúpula a toda prisa sin anunciar siquiera a sus compañeros su dimisión. El diputado valenciano, quien renuncia a todos sus cargos orgánicos y al acta de parlamentario regional, quiso desde el comienzo evitar que se votara la propuesta de la dirección, que planteaba una declaración de rechazo a la OPA hostil del PP a sus filas, incluyendo las prácticas de transfuguismo, como ha ocurrido en Murcia. En cuanto Marina Bravo, secretaria general, propuso la votación, Cantó interrumpió, según fuentes presentes:

—¿De verdad que para esto hemos venido aquí? ¿Que este es el problema de este partido, los tránsfugas? —inquirió.

La intervención de Cantó provocó un revuelo, que la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, trató de conciliar proponiendo que se dejara la votación para más adelante, pero la dirección tenía claro que quería seguir un guion medido para evitar más problemas. Bravo insistió en que se votara y así se hizo, sin la participación del dirigente valenciano, y la propuesta fue aprobada. No fue este el único momento tenso, porque Arrimadas llegó a expresar delante de toda la dirección que Cantó no le había respondido al teléfono en las últimas horas.

La presidenta tomó la palabra después de su secretaria general y comenzó asumiendo errores. Varias fuentes de la ejecutiva coinciden en que Arrimadas reconoció que la operación murciana ha sido un desastre. Citó errores de estrategia, de ejecución y de comunicación de los motivos por los que el partido había decidido ir adelante con una moción de censura en Murcia contra el PP. “Reconoció que no lo habíamos podido hacer peor; se la veía muy tocada”, afirma un relevante dirigente, que admite que esa autocrítica contundente de la líder desactivó en gran parte las intervenciones de los más críticos. Salvo el caso de Cantó, quien aún tenía preparada una traca final.

Arrimadas prosiguió su relato contando a la dirección los cambios internos que había decidido para salir de la crisis. Primero, la dimisión de dos personas de su máxima confianza: el vicesecretario general, Carlos Cuadrado, y su adjunto, José María Espejo, responsables de la ejecución de la desastrosa operación murciana. Ambos estaban en el punto de mira de los barones ya desde el batacazo electoral el 14-F en Cataluña: Cuadrado fue el responsable de aquella fatídica campaña que llevó al partido de 36 a 6 escaños en el Parlament. La salida pactada es un paso atrás como vicesecretarios, pero continuarán en la permanente, el núcleo de decisión. Además, nadie asumirá la vicesecretaría general, que deja de existir, lo que mantiene abierto el interrogante de quién asumirá sus funciones.

La líder comunicó entonces las nuevas incorporaciones a la ejecutiva, que ha decidido ampliar de 7 a 16 miembros y dar entrada a los principales líderes territoriales, como la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, el exvicepresidente de Madrid Ignacio Aguado y el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín. “También quiero que se sume a la permanente Toni Cantó”, anunció Arrimadas. Y se dirigió directamente al diputado valenciano: “Pero Toni, he intentado hablar contigo para decírtelo y no me has cogido el teléfono. Salgamos ahora a hablar fuera”. La presidenta sabía que la situación era muy delicada, porque antes de la reunión, según fuentes de la ejecutiva, también había pedido a Cantó que acudiera a su despacho a hablar a solas y este se había negado. “No, continúa”, contestó él.

Arrimadas finalizó su relato y, después de que hablaran los concejales del Ayuntamiento de Murcia, que recibieron una ovación al contar las supuestas corruptelas en el Consistorio, Cantó tomó de nuevo la palabra. El diputado pidió la dimisión de toda la ejecutiva en bloque —incluida la de Arrimadas— y que el partido renunciara a presentarse en solitario a las elecciones en la Comunidad de Madrid y concurriera en coalición con el PP. Un fuerte murmullo siguió a sus palabras y, ante la negativa de la secretaria general a votar esa propuesta, Cantó se levantó y salió de la sala como una exhalación. “Se fue tan rápido, que se olvidó hasta de dimitir”, ironiza un miembro de la dirección. El diputado anunció ya fuera, a los periodistas, que dejaba todos sus cargos.

El núcleo de Arrimadas cree que Cantó acabará en el PP, como muchos otros, porque el partido es consciente de que los populares van a tratar de aniquilarles con la compra de dirigentes. “Se ha destapado una operación para intentar acabar con Ciudadanos”, denunció la presidenta después del cónclave, pasadas las ocho de la tarde en una declaración sin preguntas acompañada de los nuevos miembros de la dirección. Edmundo Bal, que será el nuevo portavoz de la ejecutiva, cargó contra Cantó por esas supuestas intenciones. “Él ya venía con la idea de levantarse e irse. Nos preocupa, porque si el PP tiene esta operación orquestada de ir comprando cargos de Cs… blanco y en botella”, lamentó.

Con los dos movimientos —el paso a un lado de sus escuderos, y la ampliación de la permanente dando entrada a los principales barones— Arrimadas evitó que se cuestionara su liderazgo. La ejecutiva, reunida durante cinco horas, aprobó también su estrategia de reafirmar a Ciudadanos como un partido autónomo y centrista, capaz de pactar a izquierda y a derecha. La cúpula cerró filas además ante los ataques del PP. “La salida de Fran Hervías [exsecretario de Organización, que ha fichado por el PP] le ha dado la vuelta a la situación”, reconoce un líder territorial. “Hemos pasado de tener un problema en Murcia, a tener una OPA hostil, y eso nos ha unido”. Ciudadanos tiene muchos problemas aún por delante para sobrevivir como proyecto, pero Arrimadas ha salvado la primera bola de la partida.


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