“Fue una exclusiva que marcó una época. Esos papeles confirmaban los rumores de financiación ilegal del Partido Popular que llevaban años circulando”. Miguel Jiménez, director adjunto de EL PAÍS, recuerda así aquel trabajo de investigación que llevó a cabo el periódico con la publicación de los papeles de Bárcenas, el origen de la caja b del PP que se juzga a partir del lunes en la Audiencia Nacional. Jiménez era redactor de la sección de Nacional cuando llegó aquella documentación a la redacción en el año 2013: “Lo primero que hicimos fue comprobar que todo lo que estaba allí escrito era cierto”. Y añade: “A mí me tocó llamar a los donantes que aparecían, a los empresarios que habían hecho donaciones”.
El periodista Carlos E. Cué, que en aquellos años seguía al Partido Popular, se remonta al año 2009 cuando escribió las primeras informaciones sobre la documentación que el extesorero se había llevado de la sede del partido en la calle Génova de Madrid: “Fueron años de contrastar informaciones, porque hubo mucha información alrededor de esos papeles, hasta que encajó el puzle en 2013 con su publicación”. En aquellos documentos también estaban los sobresueldos que el partido pagó durante años a altos cargos.
María Fernández, hoy redactora de Economía y entonces de Nacional, recuerda aquellas cantidades anotadas en los documentos y pagadas, de forma repetitiva, en forma de pagas extra: “Fue un trabajo de meses, como buscar una aguja en un pajar, pero al final, después de comprobar mucha documentación, todo estaba allí, en aquellos papeles”.
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