El alemán Dietmar Hopp, que cumplirá 80 años en abril, hacía goles a cambio de salchichas y ahora tiene un asteroide que lleva su nombre. Hasta le compró a James Bond su castillo francés.
Es multimillonario y benefactor, pero también el más odiado por los ultras de los clubes “históricos” de la Bundesliga. Su pecado: querer quedarse con el club de su pueblo a puro billete.
Dietmar pasó su niñez corriendo con sus amigos detrás de una pelota en una pequeña aldea del sur de Alemania. Su inocencia infantil, al igual que la de muchos miles, vivía ensombrecida por las bombas de la Segunda Guerra Mundial. Antes de que naciera, su padre Emil, un maestro de colegio que era parte del movimiento pronazi, incendió la sinagoga de Hoffenheim en la llamada Noche de los Cristales Rotos, la serie de ataques y linchamientos contra la comunidad judía de Austria y Alemania registrada en 1938.
La violencia promovida desde el poder por Adolf Hitler dejó un centenar de muertos y más de mil templos quemados. La primera chispa del Holocausto. Años después, pactada la rendición del Tercer Reich, los habitantes de Hoffenheim se dedicaron a restañar sus heridas y los jóvenes volvieron a correr detrás de la pelota.
A Dietmar le gustaba jugar de delantero y era bastante bueno. Un carnicero, fanático de los colores locales, siempre tenía un premio para su equipo. “Sabía de mi debilidad por las salchichas caseras de hígado y me regalaba un frasco por cada gol que conseguía. Así me gané a los otros compañeros estudiantes que vivían conmigo. Podía compartir con ellos uno, dos, hasta tres frascos”, rememora Hopp medio siglo después en una entrevista con la Deutsche Welle.
En aquél tiempo su madre no veía mejor futuro para el muchacho que dejar la pelota y dedicarse a la docencia. Ni una cosa, ni la otra. Encontró como ingeniero en telecomunicaciones el camino del éxito. Pero para transitar por él tuvo que vender carbón, cosechar remolachas y recoger caracoles.
La compañía multinacional IBM le dio la primera oportunidad laboral. Allí encontró al equipo con el que lograría cumplir la promesa a su madre: “seré millonario”
La compañía multinacional IBM le dio la primera oportunidad laboral. Allí encontró al equipo con el que lograría cumplir la promesa a su madre: “seré millonario”.
En 1972, abandonó la gran marca y con los colegas Hasso Plattner, Claus Wellenreiuther, Klaus Tschira y Hans Werner Hector, creó la gallina de los huevos de oro. Le llamarían SAP (Sistemas de Análisis y Programación) y se dedicaría al desarrollo de herramientas informáticas para las empresas e industrias. Plantaron sus semillas en el sector de los plásticos y luego siguieron avanzando hasta que entraron a cotizar en el mercado de valores de Francfort. Hoy, SAP tiene 440 mil clientes en 180 países con una red de 100 mil empleados en 140 países. Sus actividades reportaron en 2018 unos 25 mil millones de euros. Según el ranking 2019 de la revista Forbes, Hopp ocupa el lugar 96 en los millonarios del planeta. Le adjudican una fortuna de 14 mil millones de euros.
Según el ranking 2019 de la revista Forbes, Hopp ocupa el lugar 96 en los millonarios del planeta
Fue partir de 1989 cuando Hopp empezó a ayudar al Hoffeinheim. Primero comprando balones e indumentarias, luego aportando unos 500 millones de euros para la infraestructura que culminó en 2009 con la construcción del nuevo estadio para 30 mil espectadores. Persiguió durante semanas al entrenador Ralf Rangnick para que se hiciera cargo de la dirección deportiva. Había llevado al Schalke 04 a la Champions y era el ideal para implementar toda la estrategia de desarrollo y crecimiento del talento deportivo en el club de Hopp basado en los jóvenes.
El fruto de SAP le ha servido a Dietmar para desarrollar desde 1995, a través de una fundación, programas de apoyo a la investigación científica y tecnológica con especial acento en los emprendimientos de los recién graduados.
En homenaje a su gestión, el astrónomo alemán Felix Hormouth bautizó como Dietmarhopp a un asteroide de tres kilómetros y medio de diámetro, que descubrió en diciembre de 2008 desde el observatorio español de Calar Alto, en la sierras de Almería.
En homenaje a su gestión, el astrónomo alemán Felix Hormouth bautizó como Dietmarhopp a un asteroide de tres kilómetros y medio de diámetro
La organización filantrópica, que es una de las más importantes de Europa, respalda también acciones en favor de grupos marginados. “Mi compromiso empresarial me hizo independiente. Para mí, la independencia significa que puedo seguir mi convicción interna y cumplir con mi obligación social”, dice Hopp en la declaración de principios de su fundación que lleva distribuidos unos 800 millones de euros.
Es un acérrimo defensor del ‘mens sana in corpore sano’. “Los jóvenes a menudo no saben a dónde los lleva su propio camino. El deporte, especialmente en los clubes, los fortalece y los prepara para las diversas tareas del futuro. Es por eso que es uno de los puntos focales de mi fundación”. La campaña “Vamos, arriba” ha aportado unos 50 millones de dólares en instalaciones deportivas en una veintena de pueblos de la región Rhein-Neckar, de la que es originario y donde enfoca su mayor esfuerzo. “Quiero dar impulsos allí donde vivo y donde yo mismo he jugado al fútbol. Si distribuyo dinero con la regadera, se evapora”.
Quiero dar impulsos allí donde vivo y donde yo mismo he jugado al fútbol. Si distribuyo dinero con la regadera, se evapora
En su vida, lo solidario no está peleado con el lujo. En 1999, cuatro años después de arrancar su sistema benefactor, se dio un gusto sólo para los elegidos. Le compró al actor Sean Connery un castillo en la Provence con 220 hectáreas que luego transformó en el Terre Blanche Hotel Spa Golf Resort, ahora administrado por la cadena Four Seasons. El quinto, según CNN, de los más lujosos del mundo en su categoría.
[+] Así es el espectacular Resort en la Provence:
Gran aficionado al golf, hizo construir dos canchas donde se disputan torneos internacionales. El lugar está a menos de una hora por carretera de Niza, Cannes y St. Tropez y poco más de Mónaco. Una noche de alojamiento con desayuno americano cuesta unos 400 euros.
El deporte fortalece a los jóvenes y los prepara para las diversas tareas del futuro. Es por eso que es uno de los puntos focales de mi fundación
En la temporada 2007-08, el FC 1899 Hoffenheim logró llegar a la Bundesliga después de un camino de 18 años desde el fútbol amateur. En la Champions 2018-19, quedó último en la serie calsificatoria integrada con el Manchester City, Lyon y Shakhtar Donetsk. Empató tres partidos y perdió otros tres.
En el próximo verano se cumplirán 20 años de aportes continuos del millonario al club y eso le dará el derecho, según la reglamentación vigente, a quedarse como dueño del equipo. Es la opción que irrita a los que entienden que con ese tipo de propiedad se perjudica la evolución natural de los clubes, como expresiones identitarias populares de comunidades o regiones. Actualmente en la Bundesliga son tres los equipos soportados por estructuras empresariales: Wolfsburg (Volkswagen), Leverkussen (Bayer) y Liepzig (Red Bull). Le llaman los clubes “de plástico”.
En el próximo verano se cumplirán 20 años de aportes continuos del millonario al club y eso le dará el derecho, según la reglamentación vigente, a quedarse como dueño del equipo
“Hay clubes que no entienden y argumentan que le estamos quitando un lugar a alguien. ¿Cuál es el valor de la tradición? Por ejemplo, el Colonia (FC Köln) es considerado un equipo de tradición (1948). El Hoffeinheim es de mucho antes y juega en primera desde hace solo 15 años. Si se aplicara ello en la economía, hoy no existirían ni Microsoft, ni Google, ni SAP”, responde Hopp al rechazo a su intervención en el club fundado en 1899 como institución de gimnasia y en 1945 como club de fútbol.
[+] Las aficiones de la Bundesliga se conjuran contra Dietmar Hopp
“Ningún equipo de la Bundesliga puede existir sin grandes inversiones. El jugador profesional no sería capaz de sobrevivir. ¿Qué sería un fútbol puro? ¿Un deporte de aficionados que jugaran por un frasco de salchichas? Eso ya no existe. Esa es la evolución que se ha dado porque la mayoría así lo ha querido”.
Ningún equipo de la Bundesliga puede existir sin grandes inversiones. ¿Qué sería un fútbol puro? ¿Un deporte de aficionados que jugaran por un frasco de salchichas?
El conflicto que ha llegado con gravedad a las gradas de los estadios, para muestra la suspensión del Bayern-Hoffeiheim del pasado febrero, expresa la dicotomía que tendrán que resolver las autoridades del fútbol germano, donde SAP es uno de los principales aliados. Mientras los fanáticos se sienten criminalizadas, incluso a nivel de terroristas, por lo que consideran simple libertad de expresión; Hopp asegura que esas actitudes, que considera discriminatorias, le recuerdan “tiempos muy oscuros”. ¿Se referiría a Noche de los Cristales Rotos?.
[+] Hopp: Si supiera qué quieren de mí estos idiotas”
Protestas en las gradas alemanas contra lo que algunos denominan “clubes de plástico”
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