Si se confirman los vaticinios y Victor Wembanyama se convierte en número uno del draft NBA y en gran estrella de la liga americana, el Barça podrá presumir de haberle vestido con la camiseta azulgrana. Fue de forma fugaz y provisional, hace cinco años nada menos y en categorías de formación, pero de forma premonitoria por el dominio que demostró del juego.
Wembanyama jugó con el Barça la Minicopa 2018 en Gran Canaria, en condición de invitado, una situación habitual en los equipos que participan que aprovechan el escaparate para poner a prueba a jóvenes talentos de otros países. La historia es conocida pero por entonces no tuvo tanto recorrido como ahora, cuando Victor es el jugador más pretendido del basket mundial. El joven parisino, con 14 años ya, llegó con su madre y su presencia en el equipo infantil del Barça causó impacto, según recuerdan los entrenadores.
En la estadística, Wembanyama dejó huella también en la Minicopa. El Barça acabó tercero en esa edición tras superar al Joventut por 68-64 en un partido en el que el espigado jugador francés acabó con 16 puntos y 15 rebotes para una valoración final de 32. Con 14 años medía 2,10 de estatura y pesaba 78 kilos mostrando ya esa capacidad técnica y velocidad impropia de un jugador con ese físico.
Wembanyama fue tentado entonces por los responsables del basket base del Barça pero finalmente no aceptó la oferta y decidió volver a Francia para seguir trabajando en su proyecto personal de proyección a la élite. Primero en el ASVEL Villeurbanne y desde esta temporada en el Boulogne-Metropolitans de la capital, en un equipo no inmerso en competiciones europeas este año y que acordó con el jugador incluso una gira a principio de temporada a Estados Unidos donde Wembanyama se ha convertido en un fenómeno capaz incluso de provocar tentaciones de ‘tanking’ entre los equipos que buscan un talento impactante en el próximo draft.
Wembanyama, con apenas 18 años, debutará este viernes con la selección francesa absoluta dentro de las Ventanas FIBA del PreMundial. “Jugar para Francia es muy importante para mí. Vestir los colores de tu país te da una energía diferente”, dice el joven fenómeno que va quemando etapas para alimentar una burbuja de expectación que adquiere dimensiones inigualables.