Sevilla convertida en una fiesta. ‘La Séptima’ ya está aquí, como cantó el sevillismo, que se ilusiona también con otro año en la Champions, por cuarto año consecutivo. El rey de la Europa League vivió otra jornada especial como media docena de veces. Un ‘dèjá vu’ que no cesa. 21 finales y 11 títulos en los últimos 17 años. Fiesta en el vuelo de regreso, la foto en la escalerilla del avión con la Copa, luego el recorrido en un autobús descapotable junto a una marea de sevillismo con las paradas obligadas, en la fuente de la Puerta de Jerez, lugar emblemático para la celebración de los títulos, después en la Catedral ofreciendo el título a la Virgen de los Reyes, la patrona de la ciudad y la archidiócesis. Más tarde en el ayuntamiento, donde el alcalde, Antonio Muñoz, disfrutó con los discursos, primero en el salón Colón, el de las grandes ocasiones, y después en el balcón de la plaza de San Francisco, donde vibró todo el sevillismo con los cánticos que pidieron todos los protagonistas.
Uno de ellos, cómo no, José Luis Mendilibar, que fue cogido en hombres en el mismo balcón, mientras Monchi, Rakitic y el vicepresidente Del Nido Carrasco le cantaban la canción que la afición le ha acuñado: “Mendilibar nos lleva a Budapest”.
El vasco no podía dejar su sencillez también en los momentos de festejo. “A ver, estos cabrones quieren que hable yo. No sé qué decir, pero sobre todo daros las gracias por ayudarnos. ¡Eh, cabrones! (mientras lo subían En-Nesyri y Rakitic, que casi lo dejan caer)¡Aúpa Sevilla! Venga pa abajo”.
Antes, el capitán Jesús Navas, un niño incombustible con 37 años y con cuerda para rato, expresaba el sentir del vestuario y de la afición. “Sevillistas, sevillistas, aquí estamos otra vez… Después de un año tan duro nadie puede con nosotros. Otra vez la hemos levantado. Somos los más grandes. ¡Viva el Sevilla, viva el Sevilla, viva el Sevilla!”, gritaba el palaciego.
Emotivas eran las palabras de agradecimiento de Gudelj tras momentos complicados. Pasó un susto con la parada cardiorrespiratoria que sufrió su hermano en el Córdoba y antes de la final su pareja perdió a un bebé. “Señores y señoras. Muchísimas gracias por todo el apoyo. Llevo uno de los años más difíciles de mi vida, donde perdí a mi hermano por tres minutos, donde perdí a mi bebé… Yo sentí el apoyo y me levantó de todo eso. Y esto va por ella y por vosotros”.
Monchi volvió a arengar a los suyos a cantar el himno y el presidente tuvo una referencia histórica al descubriento. “Antes la plata la traía a Cristóbal Colón; ahora la trae el Sevilla Fútbol Club”.
Tras el paso por el Ayuntamiento, el autobús con los jugadores del Sevilla enfiló camino a un Sánchez Pizjuán repleto para la fiesta final, donde ya esperaba la afición y disfrutó de un espectáculo de música, luces y mucho sevillismo.