El nivel de seguridad en la Fórmula 1 es tan increíble que, a pesar de haber estado más de 27 segundos dentro de una bola de fuego en Bahrein hace más de dos semanas, Romain Grosjean ya solo tiene unas pequeñas heridas en su mano que le recuerdan el tremendo accidente que sufrió en Bahrein.
El piloto de Haas debía disputar este fin de semana su última carrera en la F1 antes de emprender nuevas aventuras en el mundo del motor, pero aquel incidente le impedirá al volante de su bólido y despedirse del ‘Gran Circo’ como es debido. Eso no le quita la sonrisa a Romain, tremendamente feliz por estar vivo y no haber sufrido más que unas leves quemaduras en manos y tobillos.
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El galo, incluso ya ha podido sacarse la venda de su mano derecha (aún lleva la de la izquierda) y no desaprovechó la ocasión para mostrar las cicatrices que ahora tiene en sus manos, que poco a poco, irán desapareciendo.
“Maldita sea, me hace muy feliz tener mi mano derecha libre de vendajes. Montones de crema todo el día, pero me siento bien al verlo en tan buena forma. Esperando ahora que mi mano izquierda se recupere”, dijo el piloto en su mensaje de Instagram.
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