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Asier Villalibre ‘Búffalo Gol’ Molina

Es como si Marcelino quisiera colaborar con este espacio escrito y diese protagonismo al dorsal que corresponde en cada contra semana. Pasó con Oihan Sancet, pasó con Oier Zarraga y ha pasado esta semana que tocaba el 20, tocaba Villalibre. El delantero de Gernika jugó de titular y marcó ante el Granada. (cuando escribo estas líneas desconozco lo que pasó ayer en el Metropolitano).

Ya que estamos. Este domingo en Vigo, en el duelo entre los leones y el Celta, el protagonismo debería ser para Capa. Que lo mismo vio una tarjeta ayer y no puede jugar ante la escuadra celeste por acumulación de amarillas. Sería una manera de dar continuidad, la verdad.

Asier Villalibre, al lío, se ha ganado el cariño de la afición del Athletic más por sus acciones fuera del terreno de juego que por lo que, de momento, ha hecho dentro del mismo. Yo no sé si esto es bueno o es malo. O qué no significa nada.

Entiendo que al delantero rojiblanco le gustaría destacar más por sus goles y asistencias que por sus acordes con la trompeta o sus entonaciones como vocalista de ‘Orsay’. De momento, las cosas como son, ha destacado más por lo segundo que por lo primero. Pero no es culpa de Villalibre. O al menos, no toda la culpa.

El legado de Aduriz es mucho legado. Digamos que el donostiarra ‘señaló’ al de Gernika como su sucesor. No solo por heredar el dorsal 20, sino porque incluso el exjugador rojiblanco (se hace difícil todavía llamarle ex a Aduriz) en más de una declaración ha tenido muy buenas palabras para el ‘Búfalo’.

Son palabras mayores Aduriz a día de hoy para Villaibre (y para cualquier delantero), pero puede ser un buen ejemplo para el de Gernika la trayectoria que en su día tuvo el donostiarra. Cesiones, traspasos y una vuelta a casa para triunfar con todas las letras. El ariete de Gernika pasó frio fuera de Lezama, que se suele decir en estos casos, con sus cesiones en Numancia, Valladolid y Lorca.

Apostó por quedarse en el club bilbaíno, aunque tuviera que marcar goles en la Segunda División B para que siguieran confiando en él. Y su momento ha llegado. Claro que la exigencia, también.

Insisto que a la hora de escribir estas líneas desconozco por completo lo que Marcelino habrá tenido en cuenta a Villalibre para la cita de ayer en el Metropolitano. Ojalá que haya marcado un par de goles y haya servido para que el Athletic haya logrado una victoria de prestigio. Y que Simeone, como Messi en la Supercopa, se haya ‘enfadao’.

Vaya crack, por cierto, es ante el micrófono Villalibre. Quiero ser paciente con el delantero de Gernika porque creo que tiene condiciones. Ahora bien, también quiero ser exigente porque no es un recién llegado. Que afine la trompeta, pero también la puntería. No será cosa del otro jueves.


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