No hay que hacer ningún drama, solo faltaba a estas alturas, pero la dificultad del calendario obliga a estar ojo avizor. El derbi ante los rojillos estaba marcado en rojo porque, a priori, la salida a Donosti y la visita del Real Madrid parecen más complicadas. También es cierto que, normalmente, los leones cuando juegan sin red, a todo o nada, suelen salir airosos. Evidentemente no cuento las finales porque son partidos muy singulares.
Valverde introdujo cinco novedades en el 11: Simón, De Marcos, Iñaki Williams, Guruzeta y Sancet. El equipo fue muy superior en la primera parte e hizo lo suficiente para haberse adelantado en el marcador, lo que hubiera cambiado el partido, pero desgraciadamente no fue así.
Hubo bastantes acercamientos, aunque solo dispararon tres veces entre palos. La más clara, la de Guruzeta que sacó Aitor Fernández con una gran muestra de reflejos. El resto fue llegadas a las que faltó claridad en los últimos metros, ya fuera para filtrar un balón o para chutar. Un ejercicio de frustración constante.
Y en ese capítulo hay que mirar más a los jugadores que al entrenador. Valverde les dio herramientas para llegar muchas veces con ventaja y fueron sus futbolistas los que no tuvieron la pausa, pericia o claridad para marcar. Y no se trata de atizar a los delanteros porque no se les puede pedir nada más en actitud y trabajo.
Solo hay que ver cuantos balones robaron en campo contrario. Al César lo que es del César. Muy bien en ese apartado, mal en la definición.
Los saques de esquina
Osasuna se rearmó en la segunda mitad y no sufrió tanto. Las entradas de Muniain, Berenguer, Raúl García y Villalibre, casi sin tiempo, no mejoraron lo que había sobre el verde. Aun así, los catorce córner a favor y uno solo en contra dejan bien a las claras que el Athletic llegó mucho más. Faltó pericia desde las esquinas.
Se insistió con los córner en corto o cerrados. Solo hubo uno abierto y lo tocó Yeray. Con tanto entrenamiento a puerta cerrada, deberían poner más énfasis en esa faceta del juego que da tantos puntos. Suena raro que un equipo como el Athletic no haya anotado de córner a estas alturas de la temporada con todo lo que genera.
En ‘La emoción del bacalao’ elegimos a Yeray como el mejor jugador del partido en el ‘Trofeo Onena-Jose Iragorri’. El central secó a los atacantes rojillos y estuvo fino en la salida del balón. Cabe destacar a Unai Simón, que al final salvó un punto en un mano a mano con Manu Sánchez. Zarraga firmó un partidazo y también brilló Nico Willliams. Puede que la posibilidad de que llegue Iñigo Ruiz de Galarreta haya obligado a Zarraga a apretar. Galaxy sigue sin renovar con el Mallorca y su posible llegada en julio, a coste cero, cobra cada vez más fuerza.