Atracón de fútbol persiguiendo el sueño mundialista

Atracón de fútbol persiguiendo el sueño mundialista

Los amantes del fútbol han estado de enhorabuena esta semana en Riad. Con la misión de promocionar la capital saudita como candidata a albergar el Mundial de 2030, el Ministerio de Entretenimiento, que dirige el presidente del Almería, Turki Alalshikh, ha programado hasta cinco partido de nivel en solo siete días. 

A las semifinales de la Supercopa de España disputadas entre Madrid-Valencia y FC Barcelona-Betis, en donde no faltó emoción pues ambos encuentros se resolvieron a los penaltis, le siguió un Clásico en la final, con baño del Barça al Madrid y solo tres días después, el Inter también bailaba al Milan para hacerse con el título de la Supercopa de Italia

El colofón a la fiesta del fútbol en Arabia llegó con el duelo Cristiano-Messi, que poco más de dos años después volvían a enfrentarse, en esta ocasión para disputar un amistoso, aunque quién sabe si podrían rivalizar en los próximos años en la liga saudita. Messi, pese a ser la fiesta de Cristiano por su estreno en tierras sauditas y ante parte de su afición, que coloreaba la grada con su camiseta amarilla, se llevó una buena cuota de protagonismo. 

Ya durante el calentamiento, los gritos de Messi, Messi, Messi fueron una constante, aunque repartidos también con Cristiano. Lo que para los europeos o los sudamericanos es una rivalidad máxima, si eres de uno no puedes ser del otro, en estas latitudes la hacen compatible. De hecho, buena parte de los que coreaban el nombre de Messi y aplaudieron el gol que adelantaba al PSG en el marcador luego no tuvieron problemas en gritar ‘siuuuuuu’ cuando Cristiano celebró su primer gol en Arabia, justo el día de su estreno aquí. 

Deseando que el duelo pueda hacerse más habitual en la liga saudí -aquí están convencidos de que Leo acabará jugando en el Al Hilal, que está dispuesto a ofrecerle 300 millones por año-, ya nadie les podrá quitar el disfrute de haber visto ‘in situ’ a los dos cracks mundiales de los últimos 15 años, aún compitiendo y deseando la victoria, ni que fuera en un amistoso.

La víspera del choque se vivió también con la misma pasión entre los aficionados. Tres horas antes del duelo ya había una caravana de coches en los alrededores. Dentro, el tiempo se amenizaba con un grupo local, compuesto solo por hombres, cantaba y bailaba música tradicional. Incluso también hubo tiempo para la oración. Eso sí, después del recogimiento, los aficionados se soltaron y disfrutaron a lo grande de los nueve goles, de Cristiano -que fue nombrado MVP-, de Messi -el ídolo que quieren disfrutar cada fin de semana aquí- y de la fiesta final cuando en la entrega de premios, y a oscuras, las gradas se iluminaron con focos de luz y de color, mientras los altavoces sonaban a todo trapo y Messi y Neymar compartían confidencias y risas a partes iguales.




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